- No puedo creer que vaya a hacer esto. –masculló, esquivando a la gente que caminaba hacia su destino esa mañana. Por pura agilidad estaba logrando abrirse paso sin noquear a los pobres infelices que habían decidido interponerse entre ella y su destino- ¡No puedo creer que me convencieras de esto! –regresó a ver sobre su hombro, lamentablemente Gretel iba varios metros atrás, así que seguramente no le iba a escuchar.
Una vez más revisó su celular, tenían cinco minutos para llegar a tiempo. Usualmente ese no era un problema, no tenía una vena de chica responsable y puntual, pero lamentablemente, dado que se había dejado convencer de su prima, era su prioridad llegar a tiempo a la preparatoria, por si hubiese la posibilidad de que las dejasen fuera, porque todo se iría al demonio. Y en realidad eso sería mejor para Helga, pero los nervios que golpeteaban en su cerebro le hacían estar ansiosa con todo y para todo. En un momento así, maldecía el día en que su prima había aprendido a manipular a las personas a su completa conveniencia y ella misma no había aprendido a ser inmune a ese maldito embrujo.
Aunque Gretel había usado su mejor arsenal para torturarla...
Por otro lado, la había tomado con la guardia baja. Cuando aceptó tener un día de descanso, no ir a la preparatoria, nunca imaginó que terminaría cayendo en una trampa tal. Lo que significaba que el ridículo reto de Gretel, en donde había terminado involucrada, sería su propia tortura.
No debió quedarse con Arnold esa noche...
No debió quedarse dormida, mirando la serie...
No debió, eso era castigo por romper la tradición entre primas y compartirla con él...
Si, era un castigo del universo...
Maldito universo ¡Esa no era la forma de castigarla!
No debió quedarse dormida entre los brazos de él, como si fuese algo normal..
Maldita sea, no debió...
Cuando la alarma egocéntrica, ingeniosa y ególatra de Arnold comenzó a llamarlo por su nombre, con urgencia, ella buscó ocultarse bajo almohadas y cobijas. Logrando de esa manera desordenar la cama mucho más. El chico se había despertado y con una naturalidad abrumadora, se había inclinado y besado los labios de Helga. Gracias al letargo del sueño y a la cálida sensación, se encontró a ella misma fantaseando con despertar a lado de ese chico el resto de su vida.
¿Sería una locura planear vivir juntos desde la universidad? No era una idea tan descabellada considerando que ambos iban a estudiar política y podrían ir a la misma universidad y coincidir en algunas clases. Él sería un distinguido diplomático y ella una aspirante al senado y posteriormente presidenta. O por lo menos eso era lo que ella deseaba.
Helga había suspirado profundamente, sin notar que Arnold había abandonado la habitación para irse a bañar, pero cuando la repentina soledad le sorprendió se recordó lo arriesgado que era mantenerse en ese lugar y ser descubierta por la familia del chico. Por cuestiones de la vida y su rol en San Lorenzo, había logrado conseguir la aprobación de toda la familia Shortman y era algo que le gustaría mantener dada la mala relación que tenía con su familia directa. Por fortuna se había quedado dormida vestida, así que no estaba en una situación comprometedora en el hipotético caso de que la atraparan ahí.
Después de eso, entre el éxtasis de una vida cálida y romántica, había bajado a su departamento. Ahí comenzó su verdadero problema. A pesar de ser tan temprano, Gretel había estado levantada, llevaba una de las viejas camisetas de béisbol de Will como pijama y estaba descalza. Lo curioso era verla dándole la espalda y mirando hacia la habitación de Helga. La chica, extrañada, se acercó, notando como su prima se estaba riendo de manera callada.
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Cómame señor lobo «Hey Arnold!»
Fanfiction[Todos los capítulos subidos a la vez] Instinto de Caza. Primera Parte. 6/29/2013 Helga era una cazadora, un lobo, un depredador, era puro instinto... Arnold, era un manso corderito, por fuera y por dentro. Pero eso cambiaría... porque debajo de es...