Capítulo II

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- ¡Pero yo vine para pasar tiempo con mi hermanita bebe!

Helga enterró sus dedos entre sus cabellos, conteniendo la exasperación. Ese era el único argumento que tenía Olga. Y ese único, infantil y egoísta argumento, además de volverla loca, hacía que su padre no aceptara. Miriam había encontrado la idea como algo positivo para el desarrollo y madurez de su hija menor, sin contar que Gretel era buena convenciendo a la gente, después de todo había practicado toda su vida para tener un don de vendedora, le gustaba engatusar a la gente cuando no se dedicaba a asustarla.

- Olga... -rogó, pero ya estaba notando como su hermana estaba a punto de llorar. Si eso ocurría, habrían perdido todo.

- Va a estar realmente cerca de ti, Olga. Yo nunca intentaría competir por la atención de Helga. –esa era Gretel, sus facciones suavizadas y sus grandes ojos azulados parecían imitar un animal indefenso, si se le miraba fijamente se podía notar un destello esmeralda en ellos, muy ligero- Y apelo a tu amor por ella, Olga. Esto le hará bien. Como la buena hermana que eres, estoy segura que tú solo quieres lo mejor para tu hermanita bebe, todo el bien del mundo para ella.

- ¿Bien? –Big Bob enmarcó una ceja, el hombre podía sentir que llegaba a la letra pequeña de un contrato.

Él podía ser muchas cosas, pero cuando se trataba de negocios no se podía negar su capacidad aprender de los errores y mejorar constantemente la oferta para sacarle el mejor beneficio a los negocios.

- Por supuesto. –Gretel abrió los ojos, con inocencia- Helga necesita que le enderecen el carácter y agradezca lo que tiene. Me sorprende lo altanera que puede ser contigo, tío. La principal regla que me dio mi padre fue respetar su autoridad como si fuese la palabra del Dios más poderoso del universo. –se cruzó de brazos, negando ligeramente- Realmente, Helga se ha acostumbrado a la gran vida aquí, pensando que es normal todo lo que tiene, que no le debe nada a nadie, cuando todo lo que tiene lo conseguiste con tu sacrificio, tío Bob.

Helga tuvo que contener las ganas que tenía de maldecir y gritar ¿Gran vida? Antes de que Miriam asistiera a las reuniones de la AA, no había comida en la nevera y a veces solo encontraba cereal para las tres comidas del día ¿Gran vida? Era una suerte que no hubiese aprendido a cazar ardillas en el parque para sobrevivir... Big Bob era un completo desastre para comunicar sus emociones y estaba educado de una manera anticuada, poco culta y francamente grosera que solo servía para apuntar y ganar ¿De que gran vida estaba hablando la alemana? La cereza del pastel era Olga y sus remordimientos por los malos tratos que le dio en el pasado y que solo por eso ahora intentaba compensárselos tratándola bien.

Pero todo era parte del plan. Eso tenía que recordarlo. Ella no podía soltar argumentos en ese momento porque Gretel le había advertido que lo más importante es que se mantuviese callada cuando fuese el momento de convencerlos, cuando creyesen que iban a ganar y mostraban sus debilidades. Solo en ese momento la alemana hablaría y Helga tendría que callarse.

A pesar de que en ese momento quería gritar.

- Los triunfadores venimos desde abajo. Y tienes que admitir, tío, que yo lo soy. Todo eso se lo debo a mi padre. Mi amor a las tradiciones familiares, al trabajo y entrega de mis mayores, se lo debo a mi educación. Una que Helga debe aprender. –declaró Gretel.

Cínica, mentirosa. La menor de los Pataki quiso soltar una carcajada por todas esas exageradas verdades y tremendas mentiras. Pero no lo hizo, porque era divertido ver la cara de engatusamiento total que tenía su familia.

- Aprendiendo desde trabajos agotadores con salarios mínimo. Así lo hacen los triunfadores. Escalamos, ahorramos y agradecemos las recompensas.

¿De qué rayos estaba hablando Gretel? Ella venía de una familia que tenía una casa de verano en Grecia, una familia excesivamente bien acomodada, herencias, tíos consentidores y un entorno en donde no debía levantar ni un dedo.

Cómame señor lobo «Hey Arnold!»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora