Me perteneces

941 64 40
                                    

- J-jimin

- ¿Si?- me miraba directamente a los ojos.

- ¿Q-qué e-estas...?- me interrumpió dándome un beso.

Al principio ese beso fue lindo, suave y cálido, pero al pasar unos dos minutos fue volviéndose en un beso necesitado. El ritmo del beso incrementaba cada vez más, nuestras respiraciones se mezclaban y nuestros labios encajaban a la perfección. Jimin relamió mis labios pidiendo permiso de poder explorar el interior de mi boca, yo medio la abrí e introdujo su lengua y ésta al rozar con la mía casi sentí que escupiría mi corazón, un lindo baile se hizo presente en ambas lenguas, la intensidad del beso subía cada vez más de nivel. Él no simplemente se quedó satisfecho con ese beso, bajó su mano hasta llegar a mi abdomen para luego tomar de mi camisa y posarla por debajo de la tela que me cubría el abdomen; empezó a acariciar mi abdomen con una delicadeza como si mi piel de una porcelana se tratase. Nuestro aire estaba empezando a faltar así que solo un hilo de saliva nos unía, me miró directamente a los ojos y yo me perdí en su mirada penetrante.

- Mi linda princesa, esta noche te haré más mía de lo que ya eres- subió su mano hasta toparse con mis senos, acción que me hizo sonrojar- claro que... Continuaré si tú- besó mi frente- me lo permites- sonrió con una ternura que me hizo sonrojar aún más.

Este momento, este curioso y excitante momento lo estuve esperando, anteriormente Jimin me lo había propuesto en forma de broma, ya que le gustaba verme roja como un tomate, pero, ahora que ya no tengo 23 años sino que 25, empiezo a sentir como mi deseo de tenerlo así, íntimamente, ha incrementado muchísimo.

- J-Jimin yo q-quiero que... M-me hagas t-tuya- muy sonrojada dije esas cosas, más él sonrió como si una gran noticia le han dado.

- Y claro que serás mía...- se inclinó hasta mi oído y susurró- bueno, más mía de lo que ya eres.

- J-Jimin... Aaah~- me tape rápidamente la boca porque me avergonzó lo que había hecho. Pues solté ese gemido cuando él empezó a besar mi cuello y morderlo levemente.

- No te avergüences mi amor, eso fue música para mis oídos- sonrió con malicia y prosiguió con lo que estaba haciendo.

Iba dejando besos húmedos en mi cuello y pequeñas mordidas que de pronto se hicieron leves marcas, ante eso dijo: Con esto estoy marcando territorio, porque quiero que los hombres sepan que eres mía. Bajó sus besos hasta llegar a mi pecho, la camisa que traía puesta le empezaba a estorbar así que sin más me la quitó en un abrir y cerrar de ojos. Bajó sus labios hasta llegar a mi abdomen y besarlo, subió hasta toparse con mis senos cubiertos por mi sostén, posó sus manos por detrás de mí para desprender el sostén, yo me sonrojé más y cuando finalmente lo quitó y lo voló a algún lado de la habitación rápidamente me cubrí por instinto.

- Oh vamos linda, deja que te de placer mi amor- hizo un puchero que me hizo estremecer.

Quité mis manos que cubrían mis senos y cuando estos quedaron al descubierto no pude evitar quedar como un completo tomate. Al verme relamió sus labios y con una mano empezó a masajear uno de mis senos mientras que con el otro empezó a lamerlo y morderlo con cierto cuidado, yo por mi parte daba gemidos que no podía callarlos, eso se sentía jodidamente bien que no me podía controlar, mordía mis labios para calmar mis gemidos pero fue en vano, Jimin chupaba con deseo mis senos, con su mano masajeaba aumentado la velocidad en que lo llevaba mientras mis gemidos empezaron a hacerse más audibles. Se mantuvo así por unos dos minutos hasta que se separó de golpe y se levantó, confundida lo miré.

- Tranquila mi amor, te haré mía pero...- caminó hasta la puerta del cuarto y le colocó el seguro- ... No voy a permitir que vengan a interrumpirnos bebé- volvió a acercarse y tomó mi cintura con firmeza.

Nothing like us❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora