Al día siguiente me levante temprano quería tener todo listo, una casa arreglada y muy bella para cuando viniera mi novio, además quería ordenar los libros que deje botados hace una semana en el sótano.
Me bañe rápidamente y cambie con una blusa roja de tirantes y unos jeans negros, y mis zapatillas negras combinadas con rojo, me dirigí a la cocina y vi a mi madre con el desayuno listo en el mesón, me serví jugo y huevos, comí rápido y luego de un gracias me retire, baje al sótano y parecía que estaba la luz prendida como titilante otra vez pero al llegar al final de las escaleras se apagó todo, así que prendí la luz y comencé arreglar nuevamente los libros, al observar mejor encontré uno alejado, cerca de la pared donde a veces se veía una luz, me acerque y lo tome, me apoye en la pared pero sentí que me caía, cerré los ojos cuanto toque el piso, era un césped, me levante asustada no entendía que pasaba, tomé el libro nuevamente y camine donde supuse que había estado, sentí como atravesaba algo y volví a encontrarme en mi sótano, en el momento no entendía que pasaba así que con el libro en mis brazos subí corriendo directamente a mi cuarto si poder pensar en nada más que no fuera lo del sótano, hasta que observe el libro, era otro diario y decía “Dominique Brown” me pareció que era un nombre que había escuchado pero lo investigaría más tarde pues era tarde y debía terminar de arreglar la sala.
A las 2 de la tarde llegaron los Valemont, mi hermana no estaba feliz de tener que atenderlos, le molestaba todo y mi madre se porto muy agradable con todo, incluso con Sebastian considerando que ahora era mi novio, el almuerzo fue tranquilo y luego con Nath, Dan Scor, Sebastian y Elena nos dirigimos a mi habitación aunque a la última no le agradaba la idea, mientras Sara y Scott se quedaron conversando con mi madre, mi hermana apenas había almorzado y se había ido, de seguro a bailar poa como estaba arreglada.
Mi habitación era muy espacios, llena de afiches de bandas de rock o cantantes que yo admiraba, con mi cama, una cómoda, un escritorio, mi computador y una televisión, me encantaba la televisión pasaba mucho tiempo observando, mi equipo de sonido, muchos discos y libros; y por último mi armario algo pequeño pero con lo esencial.
-Vaya April tu habitación es muy linda- dijo Nath entrando y tomando asiento en mi cama
-gracias solo tengo lo fundamental- dije –por favor esta es su casa- Scor y Dan prendieron la computadora, mientras Nath organizaba mi armario Sebastian y yo nos mantuvimos en la cama abrazados observando la televisión y Elena se sentó al filo de mi cama observando a la nada hasta que se percató de los diarios.
-son tuyos- preguntó
-a… hablas de los diarios, los encontré en el sótano, yo no escribo sobre mi vida me avergüenza- dije observando cómo su casa cambiaba
- puedo?- dijo refiriéndose a tomarlos
-claro, son interesantes a decir verdad de hace 200 años- dije
-vaya no los veía desde hace años- dijo, note como sus ojos se volvían cristalinos como si fuese a llorar pero ninguna lagrima salió.
-son hermosos, espero los cuides mucho, son una reliquia familia- dijo observado con sinceridad, por primera vez
-claro si quieres en cuanto termine de leerlos te los doy- dije
-no tranquila ya me los sé de memoria como si fueran míos en especial el de Elena- dijo un poco melancólica, note como Sebastian se tensaba ante lo que Elena Acaba de decir –claro ya sabes me identifico con la primera dueña de mi nombre- dijo como explicando todo.
-Nath, controla a los muchachos recuerda la última vez que los dejamos jugar en un computador. Dijo Sebastian
-April no me enseñaste 3 la última vez que vine- pregunto mi novio
-sí, este- dije tomando el de “Dominique” –lo encontré esta mañana en el sótano- dije, no le comente lo de la pared pues hasta que no hiciera mis investigaciones prefería no decirle.
-a…. no deberías bajar allá- dijo mirándome preocupado -deben haber insectos
-a no lo creo no he visto nada raro hasta ahora- dije tratando de parecer indiferente y la pelea entre Dan y Scor nos interrumpió, agradecí que casi dañaran m computador al enojarse por perder, era muy gracioso verlos así, parecían niños pequeños.
-Dominique, los Valemont ya se van- dijo mi madre entrando y encontrándonos felices intentando decidir quién había ganado, pues la computadora se había colgado y no pudieron acabar su juego.
-ok mamá ahora bajamos- dije, Elena se fue junto con mi madre y luego bajamos todos los demás
-Sara fue un placer el que hayas venido a m casa con tus familia- dijo mi madre- son personas muy lindas-
-no es nada- dijo Sara – a nosotros nos encanta el que Sebas haya encontrado felicidad con April- dijo
Luego ellos se fueron no sin antes despedirme de Sebastian
Hasta entonces el tema del sótano no me había casi importado, pero entonces me dio mayor curiosidad, así que mi madre fue as su estudio y yo regrese al sótano, camine a la pared y la toqué se deshizo y en su lugar apareció una luz muy blanca, que se veía como un portal, me asuste pero decidí pasar, volví a aparecer en el patio de césped de la última vez, solo que hasta entonces note todo lo que estaba allí era una casa de hecho como la cuadra en la que vivo, camine un poco a la casa, parecía que no había nadie dentro y la puerta se entre abrió sola, aunque estaba aterrada pasé y las luces se encendieron, era una casa muy bonita al observar las fotos de la pared me sorprendí era de la familia de Sebastian y otras diferentes, salí corriendo de la casa me dirigí al portal y apareció una persona, se veía muy extraña.
-niña que haces entrando a casa de los Valemont-dijo
-yo lo siento…… no sé donde estoy- dije
-Vaya eres muy parecida a Dominique- dijo
-señora donde estoy- dije confundida -y quien es Dominique-
-nadie que te importe, tu pareces una humana que haces o más bien como llegaste a Cardic el mundo de vampiros, niña- dijo
-qué?? Vampiros???, esto debe ser un juego- dije y me dirigí al portal
-hey, hey cómo te llamas- dijo tomándome del brazo antes que me fuera
-April, April Dominique Salvatore- dije tratando de soltarme
-así que una Salvatore ahora entiendo como cruzaste- dijo y de repente desapareció, me apresure a salir de ahí sin entender, eso debía ser una broma, los Vampiros no existen, que estaba pasando y lo más importante como llegaron allá los Valemont.