capitulo 8

82 4 0
                                    

Capitulo 8

Sam no deberia haberme pedido que la acompañara. No he podido parar de contar desde que entramos por la puerta. Llevamos siete minutos aqui. Sam tiene hora para dentro de seis minutos. Se quedo emabrazada hace noventa y cinco dias.

Intento pensar en numeros al azar, pero todos parecen cuadrar con algo. Ocho: el numero de discretas ventanas de la pared del fondo. Uno: la recepcionistaigualmente discreta. Quinientos: la cantidad de millones que le va a costar a Scott deshacerse del bebe.

Sam me dedica una sonrisa nerviosa por encima de la revista que hojea.

—Apuesto a que no hay nada como esto en la seguridad social.

No lo hay. Los asientos son de piel, hay una gran mesa de centro cuadrada con una pila de relucientes revistas nuevas, y hace tanto calor que he tenido que quitarme el abrigo. Pensaba que esto estaria lleno de chicas con pañuelos estrujados y aire desamparado, pero solo estamos Sam y yo.

Ella se ha recogido el pelo en una cola de caballo y lleva otra vez los amplios pantalones de chandal. Esta palida y tiene aspecto cansado.

—¿Sabes cuales son los sintomas que mas me alegravra perder de vista?—deja la revista sobre el reazo para enumerar con los dedos.

—Mis tetas, que parecen una especie de mapa monstruoso, con todas esas venas azules. La pesadez que siento, que hasta los dedos me parecen de plomo, los vomitos, el continuo dolor de cabeza y los ojos irritados.

—¿No hay nada bueno?

Reflexiona un momento.

—Huelo diferente, huelo muy bien.

Me inclino sobre la mesita y respiro hondo, huele a humo, a perfume, a chicle y a algo mas.

—¿A fecunda?

—¿Que?

—Significa que eres fertil.

Me mira sacudiendo la cabeza como si estuviera majareta.

—¿Eso te ha enseñado tu novio?

No le respondo, asi que vuelve a concentrarse en la revista. Veintidos paginas de los artilugios mas novedosos. Como escribir la cancion de amor perfecto. ¿ Llegaran hacer posibles los viajes especiales?

—Una vez vi una pelicula sobre una chica que moria—le cuento.—Al llegar al cielo, el bebe que le habia nacido muerto a su hermana estaba alli y ella lo cuidaba hasta que todos se reunian de nuevo.

Sam finge no haberme oido. Pasa la hoja como si la hubiera leido.

—Podria ocurrirme a mi, Sam.

—Bueno ya.

—Tu bebe es tan pequeño que podria guardarlo en el bolsillo.

—¡Callate, Vane!

—El otro dia estabas mirando ropa de bebe.

Sam se recuesta en el asiento y cierra los ojos. Se le entreabre la boca, como si la hubiera desconcertado.

—Por favor, Por favor, Por favor, callate. No deberias haber venido si no estabas de acuerdo con esto.

Le mando un mensaje al bebe de Sam con el movil: "¡Escondete!"

—¿Para quien es?

—Para nadie.

—Dejame ver

Lo borro y le muestro la pantalla en blanco.

—¿Era para Hyun?

Antes de MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora