Duda.

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Como si los años se detuvieran en sus pies, haciendo que estos sean más viejos que su cuerpo y pese a la lozanía de su rostro, camina lentamente, como si estuviera un poco cansado de la vida. Su alma e siente un poco marchita. Vestido con unos pantalones holgados, lo mismo que su camisa, va cubierto con un suéter gris de cuello alto y mocasines, no está a la moda, pero se siente cómodo y eso le basta.

Va empujando un carrito de supermercado contando los objetos con precisión matemática, por el temor de que los wones en su cartera no fueran a alcanzar. Observa con detenimiento el yogurt tratando de elegir entre el de cerezas y el de fresa, solo puede elegir uno, ha pagado ya la renta de su sencillo departamento, pero tuvo gastos extras, ya que las refacciones para reparar su viejo auto salieron mas caras de lo que esperaba, pero aún así decidió que debía repararlo, pues su trabajo estaba cerca del centro de Daegu y su vivienda tan lejana de este, pues las rentas eran mas bajas ahí, así que debía sopesar entre precio y cercanía. Ganó la primera.

Tan absorto está con la elección, que no se da cuenta que alguien mas se acerca a su lado, tratando de tomar yogurt de beber, esos que anuncian para niños y que traen las imágenes de la película infantil de moda, los conoce porque los ve en las pequeñas manecitas de los niños que el atiende el preescolar donde trabaja de maestro.

Solo nota que alguien trata de tomarlo mientras hace malabares para cargar a un niño inquieto , lo ayuda alcanzándolo por el, pero cuando lo entrega observa la pálida mano y no puede evitar reconocerla. No tiene duda.

Es una mano que sostuvo la suya en largas caminatas en el parque por las tardes y que acarició su rostro innumerables veces. La misma mano que recorrió su cuerpo con lentitud y parsimonia. Nunca podría olvidarla.

Quiere correr, lejos de ahí, tan lejos como en el pasado.

Pero no puede, su cuerpo no responde a los deseos de sus pensamientos.

-LuHan... Xiao Luhan.

Ahí, con su cabello rubio, su pálida y lánguida figura, con ropa deportiva algo desaliñado, batallando con un niño de aproximadamente dos años, está Oh SeHun.

Da una reverencia y trata de dar la vuelta olvidando su raquítico carrito se supermercado.

-Espera...

El no quiere esperar, pero una mano lo detiene del brazo. Se congela.

Las lágrimas se amontonan sin permiso en sus ojos, no puede evitarlo.

Traga saliva y aspira una fuerte bocanada de aire por la boca y manteniéndolo en sus pulmones, como estrategia practicada hace tiempo para controlar sus emociones cuando sus recuerdos llegan e inundan su mente, voltea lentamente. No sabe que decir, no sabe lo que dirán, son demasiadas cosas que tal vez quisiera saber, porque el tiene muchas dudas, pero prefiere esperar pacientemente a que el hable primero. Se da cuenta que los ojos de SeHun lo escudriñan, tratando de buscar significado.

-Hace tiempo no te veía. -Dice en un tono de voz muy bajo.

LuHan asiente. Lo sabe, eso hace más de cinco largos y tortuosos años.

-¿Estas bien?... digo ¿ estas bien en tu vida?... ¿ Todo te va bien?

SeHun tiene muchas cosas que preguntar, tiene muchas dudas, pero no se atreve a cuestionar abiertamente, piensa que tratará de intuir el significado de las palabras que LuHan emita.

-Si. -Respuesta corta que no dice nada a SeHun de lo que quiere saber.

Para Luhan  la pregunta tiene demasiados "bien" que están alejados de la realidad. Pero prefiere mentir y dar a entender que todo está bien.

DUDA (HUNHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora