Capítulo 9: El viaje

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Maratón 1/?

Me paseaba de un lado para el otro mordiéndome las uñas continuamente, sentía mi corazón latir desenfrenado.

- ¿Puedes hacer el favor de calmarte?, también me estas poniendo nervioso- la voz de Chris me hizo parar

- no puedo- suspiré frustrada

Faltaban unas horas para embarcar y yo me sentía morir. Me encantaba viajar, el problema era que siempre me entraba el pánico sin razón pero sabia que los nervios eran por el despegue, el cual era lo único de detestaba de un vuelo. Otra razón  era que estaba ansiosa porque esperaba la llamada Sisy aunque supuse que tardaría mucho en llegar.

- solo son dos horas- me sobresalté por su voz que me saco repentinamente de mis pensamientos

Me dí cuenta de que estaba delante de mi agarrándome por los hombros. ¿Cuándo se había levantadoIgnorando lo cerca que estaba de mí hablé.

- lo sé- volví a suspirar sintiendo mi cuerpo relajarse derepente

El cansancio me inundó y  al parecer él lo notó porque nos fuimos a sentar en los bancos de la sala de espera del aeropuerto donde se encontraban nuestras maletas, nos acomodamos en los asientos y apoyé la cabeza en su hombro, a los pocos minutos sentí mis párpados cerrarse quedándome dormida.

Chris

Suspiré al verla dormida. La verdad no tenia buena cara después de lo que pasó ayer, al ver su mejilla amoratada sentí la ira recorreme el cuerpo.

No podía creer lo poco hombre que fue ese tal Esteban al golpearla, lo único que me impedía que le partiera la cara era el hecho de que ese otro chico le había dejado la cara hecha un cromo y ahora estaba encerrado, no creo que le dejaran salir hasta tarde. No volvería a permitir que ese Esteban volviera a ponerle la mano encima a Ana.

No entendía que me pasaba pero tenia la necesidad de cuidar de ella y no podía negar que me sentía atraído e intrigado. Recuerdo el día en el que la conocí.

Flash Black

No sé como no me había muerto con tanto trabajo. Suspiré terminando que revisar mi ultimo proyecto, eran las 5:30am. Me levanté terminado de tomar mi café y recogí todos los trastos que había utilizado para desayunar.

Después de lavarlos volví mi atención al teléfono y marqué a Tamara la cual me respondió al instante, odiaba tener que molestar a mi secretaria a estas horas pero era necesario.

- Buenos días Tam, siento molestarte- dije

- Buenos días señor, no pasa nada- dijo con voz fresca- ¿en que puedo ayudarle?

- necesito que te ocupes de todo hoy y si hay alguna reunión traspasarlo a otro día, pienso pasarme el día libre.

- Entendido señor, Buenos dias- dijo a modo de despedida y colgó

Me puse a recoger el apartamento y cuando acabé ya eran las 7:45 así que entré al baño para darme una ducha que duró 15 minutos, luego me vestí y salí cogiendo mis llaves.

Infinita soledad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora