5.Recuerdos perdidos

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Se acercaron a ella y vieron cómo mientras estaba sentada cogía entre sus brazos un oso de peluche de color blanco. Tenía el pelo rojo y largo, y con una piel clara como la leche, parecía que tenía entre unos catorce y dieciséis años. Llevaba una vestido ancho de color negro con unos decorados rojos.

-¿Qué hacemos con ella? -Preguntó Sergio- Parece que esta dormida

-Voy a intentar despertarla y le preguntamos qué hace aquí, a lo mejor se ha hecho daño con el terremoto

-Aparece un desierto de la nada y ahora hay una persona aquí, que será lo próximo ¿que podamos volar? - decía Sergio mientras reía

-No me sorprendería -Contestó Nathan también riendo

Nathan se acercó a ella y la intentó despertar moviéndola un poco pero no servía de nada, al ver esto se comenzaron a preocupar por la chica y cogieron una botella de agua para echarle un poco en la cara. Al hacer esto la chica abrió los ojos y miró fijamente a Nathan que estaba a dos palmos de su cara. Tenía una expresión vacía y una mirada perdida. Nathan le preguntó si estaba bien y la chica no respondió. Cuando Sergio le preguntó lo mismo, le miró y respondió que si con una voz apagada

-¿Que hacías aquí sola?-preguntó Nathan- ¿Qué te ha pasado?

-No lo se, no me acuerdo.

-¿Como te llamas?

-Ni idea -dijo la chica mientras se encogía de hombro

-¿No te acuerdas de nada?-insistía Sergio- A ver si te has dado un golpe en la cabeza, déjame que te revise.

-No me duele, estoy bien.

-Déjame ver igualmente porque si has perdido la memoria nunca se sabe

-Vale, haz lo que quieras

Mientras Sergio le revisaba soltó el peluche que tenía entre los brazos y de repente el peluche se movió por si solo, se acercó a Nathan y le tiró del pantalón, cuando se giró y vio que era el peluche dio un salto y cayó de culo contra el suelo a la vez que avisaba a Sergio asustado. Sergio se dió la vuelta y al ver como se movía el peluche también se sorprendió.

La chica se mostraba impasible ante eso también, no reaccionaba a nada, el peluche se acercó a ella se subió a su regazo y ella lo abrazó y se hizo un gran silencio que duró cinco minutos hasta que Nathan le preguntó si el peluche era suyo a lo que ella le respondió que tampoco lo sabía pero que si no lo era ahora si porque era muy adorable. Decidieron hacer como que no ha pasado y ha sido un truco de magia de la chica o una broma. Llegaron a pensar que simplemente lo había imaginado y podría ser una de las famosas ilusiones del desierto de las que habían oído hablar. Así que se relajaron y decidieron ayudarla ya que estaba sola y parecía débil

-Si no sabes lo que haces en este desierto será mejor que vengas con nosotros por el momento

-Estoy de acuerdo con Nathan, puede ser peligroso que te quedes sola en un lugar como este.

-Además, con un poco de suerte recuperas la memoria

-Vale, iré con vosotros pero no me fio, vosotros iréis delante, quiero ver lo que hacéis

-No te vamos a hacer nada, si te sientes más segura así, de acuerdo -dijo Sergio

-Pues en marcha, sigamos recto por el camino en el que íbamos. Por cierto, yo soy Nathan y este chico de aquí es Sergio y estamos buscando a nuestros padres

La chica se quedó callada y comenzó a seguirles abrazando su peluche. Los tres andaban callados hasta que después de media hora viendo arena y rocas espectaculares vieron lo que parecía un gran oasis rodeados de casas, había un pequeño pueblo.

Tierras de FalgorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora