nomignolo

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Rossetta pensaba bastante acerca de lo sucedido, no pudo dormir pues se había levantado varias veces al baño y no exactamente para orinar, sino para mirarse al espejo y pensar.

"Uccellino" la simple palabra la torturaba, porque sabía que no lo había dicho exactamente para ofender a la joven Mia, sino que entre sus palabras se alojaba un doble sentido. Para Rossetta convertirse en pájaro era lo máximo a lo que alguien podía aspirar ser, era el acto de ser libre, de volar, de cantar y de moverse a donde uno prefiriera, para ella era un privilegio.

Cuando ella miraba a Mia era exactamente eso lo que veía en ella, un pájarito, uno pequeño que si bien no había salido del nido aún, algún día podría hacerlo a diferencia de ella, quién estaba atada ya a uno, a uno llamado hogar, esposo y rango social. Ros comprendía muy bien el significado oculto en medio de sus palabras pero intentaba convencerse a si misma de que no lo entendía, sólo para tapar el sol con un dedo, para que no fuese tan evidente, ¿Qué? que no era feliz, ahora menos que nunca, y que extrañaba tanto su juventud, tan parecida a la de aquella chica.

Ahora sólo podía pensar en el sobre nombre que le había revelado a Mia, porque no, no lo inventó sin más sino que lo había estado pensando durante meses, probablemente desde la última vez que se vieron: un día en el parque se encontraba contemplando a todos los pajaritos volar, sabía que eran pequeños y que probablemente no hace mucho desde que habían abierto las alas y dejado el nido, cuando de repente recordó a Mia y sonriendo la asoció con uno de aquellos pajaritos, incluso imaginó su rostro en el de uno de ellos, la imaginó volar, transformarse y alzarse en el cielo con sus pequeñas pero fuertes alas. Desde ese día en adelante cuando pensaba en ella la pensaba como un uccellino y le ocultó ese nombre hasta el día anterior, donde le reveló quién creía que era o cómo la veía. Cabe aclarar que cuando le dijo pájaro"pequeño", se lo dijo de verdad: un ave pequeña que no sabe volar. Y aquello, al contrario de ser un insulto para Rossetta era más como un halago demasiado bello, porque ser pequeño no es sinónimo de debilidad sino de pureza, y la gente ha admirado la pureza durante años, siglos incluso, creaban deidades casi siempre puras en su propio significado de pureza, y los volvían grandes. Además de pureza ser pequeño significa que algún día se será grande, y ser un pájaro significa que algún día se podrá volar.

Rossetta no lo decía con odio pero quería pretender que sí, porque darle nombre a alguien que ya lo tiene es algo bastante fuerte en todos los sentidos, hablamos de algo fuerte sentimentalmente, pues significa que uno realmente quiere a esa persona, que uno le quiere tanto y de tal forma que le cambia el nombre por uno para sí mismo, para que entre ambos se reconozcan con una señal, una que nadie más posee, y ahora Mia tenía un nombre, uno que Rossetta le dio.

"Le persone vivono cercando il loro nome, non quello che i loro genitori hanno dato loro, ma quello che possiede la loro essenza."

Rossetta repasaba los hechos una y otra vez en su cabeza: primero la plática común, luego el tema acerca del amor, después Mia observándola con ojos atontados, que Rossetta si no se creyera loca podría afirmar que eran un par de ojos enamorados; por último unas frases llenas de extrema rareza, una pequeña pelea y la insistencia de Mia por hacerle entender a Rossetta algo tan sencillo que ella ya sabía pero en el fondo volvía a negar.

Llegó un punto durante la noche donde Rossetta no quiso dormir más, quería hacer de todo menos dormir, no quería volver a la cama junto a Nestore, no quería volver al espejo y mirarse la cara en el, no sabía por qué pero algo dentro de todo eso le producía bastante repugnancia.

Uccellino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora