23- Siempre seré el primero

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El día en la playa había llegado, Matsuri iría a ese lugar tratando de encajar en el tiempo que estaría con nosotros... Mis planes de invitarla se habían estropeado por miedo a no decírselo antes y me arrepentía mucho por ello haciéndome creer que era un idiota, cada oportunidad que tuve teniéndola tan cerca de mí y en tan solo horas teniéndola tan lejos. Me sentía enojado por no poder estar con ella y feliz a la vez por el echo que tal vez ella sería feliz con otro mientras miraba el papeleo en el salón de la junta directiva mi mente divagaba, mi corazón dolía y no había nadie a mi alrededor siempre estaría solo. Las clases se habían acabado y yo seguía encerrado en este lugar, hasta que Matsuri entró ayudarme con unas carpetas archivándolas, esa amable y cariñosa sonrisa hacia de mis día más cálidos. Tan solo verla y sentir que ella estaba conmigo hasta en los momentos difíciles... Que en especial veía ella en mi pero sabia que esto no era real, los besos las atrevidas risas y la acaricias pronto todo solo serian un estupido recuerdo me levanté de mi lugar arreglando mis cosas.

- Será mejor que termine esto en casa, sí deseas puedes irte también. Tienes que alistarte para salir- le dije recogiendo mis cosas

- Está bien- me dijo ella guardando la última carpeta - No quieres ayuda en algo más!?

- Estoy bien, ve a divertirte.

Tomé mis cosas y salí sin siquiera verla caminaba adelante y ella simplemente permanecía callada detrás, parecía una noche fría pero no era así yo sentía frío en mis manos y en mi interior le di el casco para que nos fueramos en la moto topando así nuestras manos.

- Estas frío!- me dijo ella mirándome preocupada - Aún tienes fiebre!?

Yo negué con la cabeza subiéndome así a la moto ella parecía no querer ir, miraba a todos lados.

- No quieres que vaya...- me susurró

- No puedo decirte lo que tienes que hacer, se qué puedes llegar a vivir una vida sola si te digo lo que quiero que hagas.

- Una... Vida sola - me dijo ella mirando así al suelo - Estoy sola...

La miré por un momento, parecía querer llorar - Tienes a tú madre - le dije tranquilo

- No es verdad... Ella nunca está... - me dijo empezando así a llorar - No quiero esta vida, quiero vivir el momento porque sé que luego será tarde.

- Entonces no lo dudes, sube y ve a esa fiesta con ese chico. Haz los recuerdos que necesites hacer pero... No dudes en llamarme cuando suceda algo que no está en tus planes.

Se secó las lágrimas y se puso el casco para luego subirse conmigo en la moto durante todo el camino ella no me dijo nada, permanecíamos en silencio hasta que me llegamos al lugar. Se bajó despacio y me entregó el casco mostrándome así sus ojos brillosos.

- El plan empezó mal desde un principio - tratando ella de decirme algo pero su celular empezó a sonar - Hola! si, está bien... De acuerdo

Cuándo ella colgó me le quedé viendo confuso, si el plan había empezado mal entonces porque ella decidía seguir. La llamada debia ser del idiota ese. Tal vez debía asistir aunque sea solo para estar seguro que ella estaría bien pero no estaba seguro, ella no parecía segura de querer ir.

- Debo alistarme - me dijo para así alejarse un poco de mí

- De acuerdo - le dije tranquilo encendiendo la moto en ese momento para marcharme.

La dejé sola... ese sentir de la vibración de la moto sobre mi cuerpo y un dolor sobre el pecho al dejarla ir. Un beso en la playa se me vino aquella frase del libro que le habia dado. Necesitaba estar con ella no quería dejarla ir no sé por que lo estaba haciendo pero me sentía celoso que otro la fuera a besar además de mí, yo había sido su primer beso, su primera cita, el primer hombre que había recorrido aquel cuerpo liso, cálido y suave, su compañero de aventuras. Debía ser yo quié fuera a salir aquel lugar con ella. Llegando a la casa Kankuro parecía alistarse para salir lo cual me parecía extraño.

Gaara y Matsuri Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora