Estaba más que decidido, me acerqué a ella y la besé cómo sí mi vida dependiera de ello, las cosas se estaban poniendo serias. No podía permitirlo más, la deseaba más que a nadie en este mundo... No quería que otro la tuviera más que yo y sí ella me lo permitía sería el primero y único en su vida desde que nos conocimos. Todo aquello había quedado atrás, no sabia exactamente que estaba haciendo, no quería aceptar que aún la amaba y que me hacía falta. Verla todas mañanas entrar al salón y salir de la biblioteca por las tardes, leer en el jardín a solas sin que nadie la moleste bajo aquella nevada... Pasar horas viéndola imaginándome ser yo a quién ella lee. Me acerqué más y Matsuri permitió pasar de un beso a tocadas más atrevidas, todo parecía un sueño pero al abrir mis ojos ella permanecía a mi lado. Estaba desnuda a mi lado, esa noche le había dicho que era mía. Ella realmente era mía, su declaración y luego hacer el amor hasta cansarnos. Yo la amaba.
Me estaba desmoronando y temía que nadie estuviera para salvarme, tenía en mi mente las palabras "Todo o nada" que me atormentaban cada día teniendo la manera de volverme loco. Necesitaba alguien con quien sanar, alguien a quién poder conocer, alguien a quien poder tener y abrazar. Era fácil pensarlo, fácil decirlo pero no era lo mismo hasta que ella había llegado a mi vida, suponía que me gustaba la forma en la que ella adormecía todo el dolor ahora los días ya no sangraba, en medio de la noche. Ahora ella estaba a mi lado para acompañarme a pasar este dolor, junto a ella bajaba mi guardia, me sentía amado estaba acostumbrado a ser alguien a quién ella amaba. Preferiría estar muerto antes que perderla, a veces tiendo a cerrar mis ojos cuando todo esto duele pero caigo en sus brazos y me siento a salvo cuando escucho su voz. Todo lo que quería era ser amado, quería ser visto, solo quería tener alguien a quién amar pero su corazón residió en mí aunque a veces sintiera que pasó desapercibido. Sentía que aunque casi no hablara de todo corazón podía escuchar como gritaba por dentro, me lamentaba por no haber tenido el coraje antes para demostrar todo lo que podríamos hacer. Estaba seguro que no era bueno con las palabras.
- Buenos días Gaara - me susurró ella dulcemente
Ella tenía mi corazón desde un inicio, ella no se alejaría de mi por más frío que esté el mundo ella mantendría mi corazón caliente - Buenos días... - le contesté abrazándola debía saber que sería mi enfoque desde el día en que la vi por primera vez en aquel tren, me pareció tonto y gracioso ese entonces como el mundo pudo revelar la intención que tenía, el destino nos había echo para estar juntos... con cada respiración, con cada momento, con cada melodía y sinfonía es todo lo que quiero. Algún día podría estar con ella, vivir en una casa y podríamos viajar a ver lo desconocido.
- Que ocurre? - me dijo ella
Estaba más serio de lo normal pero simplemente negué con la cabeza para darle a entender que no era nada y así besar su frente. Esa mañana no era como todas las demás, sentía cierta calidez al tenerla a mi lado. Los días pasaban rápido mientras ella y yo nos acercábamos cada vez más para Kankuro y Temari era bueno, me sentía amado y por primera vez estaba comprometido a proteger este amor que le tenía.
- Matsuri puedes ayudarme con algo - le dijo Sai un poco nervioso
Mi vista solo se centraba en ellos mientras platicaban en la entrada de la clase, ella reía mientras él hacia el intento de ser expresivo. No podía evitar quitar mi vista de ellos, la mano de él pasaba por su brazo para susurrarle algo al oído haciendo que me sintiera incomodo al ver el suave toque de su mano sobre el cuerpo de ella.
- Sai habla con Matsuri?- dijo Naruto entrando a la clase sin saludar
Solo me limité a verlo pero saber que decir, empecé a guardar mis cosas para pero algo me molestaba. Matsuri era mía pero debía confiar que ella también pensara igual.

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Gaara y Matsuri Parte I
RomantizmLa vida de Gaara es estar siempre solo después de su accidente que mató su carrera como luchador, tiempo después se encuentra con Matsuri quién se acaba a mudar por cuarta vez a una ciudad llegando al colegio dónde se encontraría con él.