1 | PROLOGUE

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CHAPTER ONE
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P R O L O G U E

Los fuertes vientos que rebotan en los árboles que alzan las hojas del suelo llevan mi cabello detrás de mis hombros, mientras que mi rostro pálido no muestra signos de debilidad, mis ojos dorados solo imprimen mi determinación

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Los fuertes vientos que rebotan en los árboles que alzan las hojas del suelo llevan mi cabello detrás de mis hombros, mientras que mi rostro pálido no muestra signos de debilidad, mis ojos dorados solo imprimen mi determinación.

– ¿Estás segura que hay alguien aquí? – me pregunta Lydia en un grito por el fuerte aullido de los grillos mientras está parada detrás de mí.

Ajusté mi agarre alrededor del arco colocado entre mis dedos mientras sigo caminando por el bosque, la única fuente de luz brillaba desde la luna. Lydia jadea de sorpresa cuando una ramita se quiebra a la mitad de detrás de nosotras, su cabello rubio fresa girando en un lío.

Alcancé una flecha oculta detrás de mi espalda y coloqué el metal plateado en el arco, apretando el párpado de un ojo mientras daba vueltas. No había nadie.

– Tal vez es solo un conejo – hablé tranquilizando a mi asustada amiga que estaba temblando detrás de mí. Bajo mi arco hacía abajo y veo a Lydia rodar sus ojos verde claro con una ligera molestia.

– Eso definitivamente era una persona Allison – dijo Lydia.

Antes de que pudiera hablar otra vez, los arbustos comenzaron hacer ruido y esta vez no fue debido al fuerte viento que obligó a las hojas a caer de las ramas.

– ¡¿Quien está ahí?! – grité mientras colocaba a Lydia detrás mío, tirando de la cuerda superior de mi arco tan atrás que golpeó mi mejilla congelada.

Un cuerpo salta de los arbustos y se apresura hacia nosotras utilizando la velocidad máxima. Tiro al arco, pero el grito de Lydia me quita el objetivo. Haciendo que la flecha se diriga para otra parte.

– ¡Cuidado! – el chico grita suavemente mientras se detiene delante de nosotras y coloca su propio arco en el suelo ante nuestros pies.

– Venimos en paz– habla con miedo en su voz mientras que salen una chica y otro chico detrás de él y se colocan a un lado.

– ¿Quiénes son? – pregunta Lydia detrás de mí.

– ¿Ustedes son los que han estado cazando a los lobos alrededor de Beacon Hills estos últimos tres días? – pregunté mientras agarraba mi arco más fuerte que nunca.

– Soy Alec Lightwood y ellos son, Isabelle Lightwood y Jace Wayland. Esta ciudad se ha convertido más peligrosa de lo que ya está –

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– Entonces, ¿hay otras criaturas sobrenaturales? – le pregunta Lydia mirándolo fijamente.

– Si – él asiente con la cabeza mientras pasa una mano por su cabello negro.

– Eres una cazadora de sombras, ¿por qué no te conocemos? – me pregunta Jace mientras coloco mi bebida caliente en la mesa de madera que tengo delante.

– ¿Cazadora de sombras? – Cuestioné mientras comparto una mirada confusa con Lydia quien está sentada frente a mí. La calidez de la casa de Lydia nos hizo sentir más cómodos para compartir nuestras historias, el bosque era demasiado incómodo.

– Correcto, un cazador de sombras. Tienes un arco y una flecha de cazador de sombras – Alec extiende su largo brazo hacia mis pertenencias en la mesa de madera, pero le quito el arco antes de que pueda alcanzarla.

– No, eso es una flecha de cazadores de hombres lobo. Ella caza hombres lobo - responde Lydia por mí, mientras yo miro a Alec desde el otro lado del salón en completa confusión.

– ¿Estás segura? Tiene las mismas tallas en la punta del arco que las mías – dice Alec que apunta sus dedos hacia mi arco, y tenía razón. Una hermosa talla de un símbolo desconocido para mí se encuentra en la punta del arco y las cuatro flechas.

– Allison, ¿cuál es tu apellido? – me pregunta Isabelle quien me mira con gran intensidad, con los codos sobre sus rodillas mientras se inclina hacia mí, ansiosa por escuchar mi respuesta.

– Argent – digo orgullosa de mi nombre, sentándome más alto y asegurándome de que mis hombros no estén encorvados.

Los ojos color avellana de Alec se agrandan de sorpresa y se levanta lentamente del sofá y comienza a caminar hacia la puerta principal con los demás detrás de él.

– Nos tenemos que ir, gracias por el café – dice jugueteando con el dobladillo de su camisa negra.

– Ustedes no pueden irse así, necesitamos saber qué es un cazador de sombras, quiénes son ustedes – Lydia se levanta detrás de ellos y agarra el brazo de Jace ya que es el único cerca de ella. Él mira hacia donde Lydia tiene su mano y después a ella, sus ojos se conectan.

– Lo siento mucho, Lydia – él deja de lado el contacto que compartieron y sale por la puerta, sin perder de vista sus ojos hasta que la puerta se cierra.

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Una vez que salgo de mi auto, abro la puerta delantera de la casa  y la cierro detrás de mí, me dirijo al despacho de mi padre con mis largos brazos alrededor de mi pecho.

– ¿Papá? – lo llamo y él gira su cabeza hacia mí y sonríe inocentemente.

– Si, Allison – se levanta de la silla de su escritorio y se quita las gafas. Suspiro y caigo dramáticamente en su sofá.

– ¿Qué es un cazador de sombras? – pregunté jugando con mi pelo corto. Echa un vistazo a su reloj y me ayuda a levantarme del sofá apresuradamente para cambiar de tema.

– Es hora de dormir, Alli. Hablaremos de esto mañana con tu madre – dice y me empuja ligeramente afuera de su despacho con una pequeña sonrisa falsa.

– Pap.. – pero la gran puerta se cerró de golpe iterrumpiendo que terminara de hablar. Suspiré con molestia y coloque mi oreja hacia la puerta. Escuchando a mi padre susurrar por teléfono.

– Ella quiere saber qué es un cazador de sombras. Tenemos que decirle a ella tarde o temprano – mis ojos se agrandan de sorpresa y retrocedo unos pasos, tropezando con la pared del corredor detrás de mí.

Antes de que mi papá pudiera abrir la puerta, corrí a mi habitación y salté a la cama, actuando como si no hubiera escuchado una palabra de lo que dijo.

𝘄𝗮𝗿 𝗼𝗳 𝗵𝗲𝗮𝗿𝘁𝘀,  𝗮𝗹𝗲𝗰 𝗹𝗶𝗴𝗵𝘁𝘄𝗼𝗼𝗱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora