Capítulo 22: Sedúceme (S)

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Jack

Me quedé paralizado esperando una indicación que nunca llegó, los dos estábamos nerviosos y callados pero no incómodos. Yo me quedé en el medio del lugar mientras Finn contemplaba el panorama desde una esquina junto a la chimenea.

"¿Bebes champán?" Dijo ofreciendo una de las finas copas de vidrio con una inscripción igual a la de él, decían «Sr» lo cual hizo que dentro de mi ocurriera una descarga eléctrica.

Hubo un brindis corto después de levantar las copas.

"Brindo por El Punto del Placer, el hotel que nos unió" dijo él antes de beber el restante de la copa.

Finn se acercó bastante en dirección a mis labios, el sabor a champán era más dulce estando en su boca, era exquisito casi excitante. Abandoné la copa de vidrio con sumo cuidado junto a la mesita y atrapé el cabello de Finn entre mis dedos haciendo que vas hebra de cabello se deslizara entre mis manos.

"Tengo un juego preparado" dijo al separarse y relamer sus labios para quitar el hilo de saliva que colgaba de este.

No tuve nada que decir, sin embargo, la intriga invadía como siempre todo mi cuerpo.

"¿En la cama?" Pregunto quitando los botones de sus respectivos ojales.

"Y sin ropa" el tono de su voz gruesa parecida a un ronroneo provoca que mi espalda se anarque mientras él busca un sitio en mi cuello para succionar.

Su mano toma la mía ayudándome a parar del piso, en los dos pasos siguientes me agarra de la cadera y me empuja de forma salvaje sobre la cama haciendo que las almohadas de plumas y algodón reboten. Mis labios son de nuevo atrapados por los suyos: sus dientes se clavan en ellos y luego su lengua los sana. La distancia de hace presente solo para quitar las prendas de vestir que cubrían nuestros cuerpos, aterrizan a escasos metros de la chimenea.

"Siento que fue hace décadas desde que nos vimos" susurra contra mi oído.

Beso su cuello y abro con suavidad mis piernas dejando un espacio para que entre en ellas, la tela de los boxér roza mis muslos.

"Sólo ha pasado un día" consigo decir a pesar de mis voz ahogada.

"Lo sé aún así quiero recordar otras cosas que pasaron" juré no entender hasta que sacó una bolsa de color negro.

"¿Aun lo conservas?" Pregunto sin dar crédito al traje de gato que usé hace semanas.

Finn asiente y saca las piezas del traje para ponérmelo: el collar lo abrocha con cuidado de no dejarlo muy apretado, las orejas siguen en perfecto estado cuando las siento en mi cabeza y por último la cola con la pera; la mete en mi boca y siento la textura de goma rozar mis dientes, luego es el turno de él y de igual manera, la saborea entre sus dientes, al sacarla esta totalmente húmeda como para entrar en mi.

"Abre las piernas más" pide, mis nervios estaban tan elevados como la primera vez que lo hicimos. Puse mis pies a cada lado y posteriormente los acerqué a mi, pero al no estar cómodo en esa posición opté por ponerme en cuatro.

"¿Así?" Dije al poner cada rodilla aproximadamente a cuarenta centímetros de distancia.

Sentí su mano fría sujetar mi espalda empujando para abajo, sus dedos hábiles quitan la ropa interior y la goma entra en mí dando círculos provocando algunas exhalaciones.

"Listo" dice "date vuelta" me manda y yo obedezco quedando sentado y con una erección temprana a luz.

"¿Sabes? Creo que es más cómodo que la vez anterior" admito viendo cómo Finn avanza a gatas a mi, de forma salvaje somete mis piernas a cada lado y con una mano libre hace figuras en mi ingle.

Ahogo un gemido al sentir que toma con fuerza mi miembro, sus yemas suben hasta el glande y luego baja de sopetón. El patrón causa que mi pecho se contraiga y tenga que sujetarme de la cama. Después su mano es sustituida por su lengua.

"¡A-ah, ohh Finn!" Exclamo inundado de placer.

Afortunadamente él retira su boca no para mirarme al rostro sino a un lado, sus ojos se clavan en el resto de champán. Abre el corcho y bebe un poco, se acerca a mi para besarme teniendo aún el líquido en su boca lo pasa a la mía y trago.

De la misma bolsa saca un anillo de color gris con un botón en un lado que combina a la perfección con mi erótico atuendo.

"Dejaré que me lo pongas sí tu te dejas someter" le advierto cuando veo las intenciones de él.

"Trato" murmura casi furioso.

El anillo baila entre sus dedos y luego lo pone alrededor de mi pene, es estrecho sin duda hasta que llega a la base del tronco donde se ajusta más, su lengua recorre de nuevo mi longitud y sin pensarlo dos veces tomó su cabeza y lo obligo a llegar más abajo. En poco tiempo las arcadas parecen.

"Jack ¿Te han metido alguna vez algo aparte de dedos o miembro?" Esas palabras suenan terroríficas viviendo de su cínica boca. Yo niego.

Puedo sentir en plenitud cuando retira la cola de gato y es reemplazada por lo que creo un tubo. Intento subir mi cabeza pero me dice que no antes de vendarme los ojos y sujetar mis muñecas y los pies a los lados formando una equis con mi cuerpo. Tengo miedo.

"No será muy aburrido" trata de sonar razonable pero resulta todo lo contrario, mi miedo aumenta.

"F-Finn, dime que es"  procuro que el temor no se haga presente pero esa sensación es horrible. No recibí respuesta hasta sentir que mi interior vibraba marcando un patrón mientras Finn lo introducía y lo dejaba salir.

Pasaron treinta segundos antes de que mis súplicas por decirme que era se convertían en exclamaciones de placer inmenso que literalmente pedían a gritos que no se detuviera.

"Jack, pareces perra en celo" su voz se escucha excitada y jocosa.

Mi yo que no controla lo que dice aparece para encender más la chispa.

"Puedo serlo, pero sólo contigo" digo y al final dejó salir un sonido grotesco parecido a un gemido y un gruñidos saltando maldiciones.

Al cabo de un tiempo retira el vibrador y mete su erección dura, el pedazo de carne entra con fuerza y sale con lentitud.

«Esto es mejor que un trozo de goma» pienso.

No digo nada más ya que estoy disfrutando del choque entre los dos cuerpos; los muslos chocan con mi trasero, sus manos me tocan con deseo y su boca me devora con rudeza.

"Finn, es mi turno de someterte" lo miro fijamente.

"¿Qué tipo de sumisión?" besa mi cuello dejando marcas de dientes.

"Bueno…, una de mis fantasías sexuales es ser tu daddy también" digo y él no parece creerlo ya que me mira con los ojos abrieron a más no poder.

 Room Service; Fack [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora