Lucifer.

358 36 4
                                    

Se dice qué Lucifer, era un ángel que fue castigado, ángel que con codicia y envidia atacó al creador, el cuál fue castigado y desterrado del paraíso, cayó debido al orgullo originado por su deseo de ser Dios, en lugar de un sirviente de Dios. Satanás era el más elevado de todos los ángeles, pero no era feliz. Él deseaba ser Dios y gobernar el universo. Dios expulsó a Satanás del cielo como un ángel caído, durante aquella constante búsqueda del poder, creó un reino regido por el odio y la maldad, Lucifer el amo de las tinieblas tentó a los discípulos de Dios, haciendo así más seres semejantes a él, demonios, éstos seres tenían encomendadas distintas tareas, en su mayoría, enfocadas a "liberar" del camino de Dios al rebaño, o sease, los humanos, éstos demonios destinados a cultivar la maldad y cada pizca de odio para cosechar, asesinos, violadores, los seres más ruines del mundo, inclusive responsables de actos tan simples cómo el robar $10 a tus padres por que "No pasa nada" todos éstos actos son liderados por el amo de las tinieblas a quién sus semejantes guardan miedo y respeto, Lucifer busca tentar a las almas más puras del rebaño y también, por supuesto de los mismos arreadores, en éste caso, sus ángeles.
Lucifer buscó por mucho tiempo a un ángel en específico, pero nunca cedió a ninguna provocación, su alma pura no era una broma, era tan puro que muchos dirían ingenuo e incluso tonto, pero no hubo manera de arrebatarlo de ese camino de Dios, sin embargo, tomó a un ángel igual de fuerte, uno de los más cercanos al creador y ahora, cuándo Thom fue desterrado y había encontrado esa pizca de odio que necesitaba, fue a reclamar lo que por derecho, le pertenecía.

— Veo que por fin encontraste tú cometido.—Sonrió colocándose a espaldas del caído.

Una voz sumamente fría, falta de algún sentimiento más que el mismo de intimidar se escuchó haciendo ecos, el frío que se instaló en toda esa construcción hizo temblar a todos los presentes, una sensación de miedo y peligro que ponía los vellos de punta, una voz tan grave y profunda que daba pavor el sólo escucharla, Thom giró muy despacio, temblando por dentro de miedo, logró ver a un hombre, hermoso, tez pálida cómo la nieve, ojos casi blancos de un tono celeste, cabello negro mucho más negro que el mismo color que alguna vez logró ver, una túnica tan simple cómo esplendorosa y unas alas tan grandes e imponentes en color negro, brillantes y fuertes, sin duda ese hombre no tenía problemas al volar por horas y horas, sus labios eran de un tono suavemente lila y de ellos se asomaban unos peligrosos colmillos, una altura impresionante, todo aquello viéndose adornado con unas garras igual de peligrosas que esos colmillos.

Por un momento creyó ver a un ángel más, pero, todo perdía el sentido cuándo esa presencia te helaba la sangre y te cortaba la respiración, no necesariamente por su belleza, si no, esa sensación de ver algo desconocido, algo que nunca creíste ver con tus propios ojos, tragó pesado y dio pasos atrás mientras aquel ser los daba a su frente, cuándo no tuvo más que un muro tras su espalda fue cuándo sintió esa mano, fría, demasiado fría, cómo un hielo y firme cómo el acero, alzó la mirada viendo al hombre frente a él, no podía creer que fuera el rostro de la maldad misma, una belleza que ningún ángel podía poseer, se atrevía a decir, que ni el creador podía, su complexión delgada y cada movimiento que te hacía temer, era imponente, sin duda, digno del Lucifer que todos temían.

— Thom, ¿Encontraste tú objetivo? ¿Encontraste que debes hacer?—Sonrió al ver ese rostro de pavor por el ageno, soltó unas risas y asintió para si mismo.— Por supuesto que ya la encontraste.

No entendía de que hablaba, ¿Qué objetivo? No lo entendía y su rostro incrédulo lo delataba.

— Te explico un poco... Ahora, eres un ángel caído, lo que alguna vez fui yo...—Soltó su rostro y se alejó caminando en círculos a su alrededor.— ... Tienes dos opciones, morir cómo uno o sobrevivir siendo un Demonio más, tú fuerza comparada con la mía no es nada pero... Juntos haremos maravillas, todo el tiempo he buscado a alguien poderoso y apto, que acepte la misión que nos llevará a la cima, por encima de las nubes, por encima del mismo creador.—Sonríe al ver el rostro del chico cambiando por curiosidad.— Apuesto a que hay algo que quieres y anhelas hacer... Únete a mí, prestame tú poder y yo te presto el mío.

Y a pesar de que Thom no dijo palabra alguna al respecto, su corazón lo dijo todo, sonrió amplio y de manera siniestra, se acercó de nuevo al castaño y colocó su mano derecha en su corazón, poco a poco atravesó su piel, músculos y huesos, tocando el palpitante órgano en su interior, sus garras se enterraron en el mismo y cómo si de veneno se tratase, Thom hizo una mueca de dolor cayendo de rodillas al suelo, tosiendo un líquido completamente negro y espeso, sintió ardor en su espalda, cómo si algo estuviese quemando allí, vio algo de sangre en el suelo mientras escuchaba risas por parte del demonio frente a él, miró arriba y se quejó no pudiendo repetir más palabras y jadeo una vez sintió ese dolor dejar de atormentarlo, se puso de pie lentamente y miró el suelo lleno de sangre y ese líquido asqueroso, tragó pesado sintiendo un gran peso sobre la espalda, el ardor recorría cada fibra y parte de su piel, sentía algo espeso recorrer su interior, no se sentía cómo la sangre, no se apreciaba cómo ella, venas negras se marcaban al rededor de su cuerpo, cómo trazando líneas irregulares hasta su pecho, dónde se perdían en el centro de su corazón, tosio sin poder mantenerse mucho tiempo de pie, arrodillado en el suelo y completamente desorientado, no sabía que estaba pasando con él, hasta que se elevó, plumas negras cayeron al suelo, era un demonio por completo, con los poderes de uno y todo lo que implicaba ser un demonio, luego cayó al suelo de nuevo, sintiendo las alas desquebrajarse en pedazos, hasta dejar hoyos en su espalda.

— Todos debemos pagar precios y tú precio radica en esto... Al parecer para ti, tus alas eran las que te hacían superior a todos, ahora no eres más que un demonio más y, para tú mala suerte... Uno sin alas, bienvenido al juego, Noir Datenshi.

La palabra era usada para denominar a un ángel caído, quién se convertía en demonio, ahora era una escoria más del mundo, encaminado a buscar la perdición de otros, ¿Porqué le había tocado sufrir con lo peor? Por que Dios perdona, pero no olvida y tarde o temprano, en la vida de todos, deberá llegar el pago, el plazo se había vencido para Thom y si bien era cierto que le dolía dejar a su rebaño sufrir en garras de aquellos seres de maldad, no había mejor castigo para él que ese.
Thom había sido el ángel más especial y conocido del paraíso, el ayudante directo del creador, el idolatrado chico quién propiciaba actos inapropiados para cualquier ángel, Thom había tenido una excelente vida cómo ángel, ahora le tocaba pagar las consecuencias de sus terribles actos.

Su misión, estaba impuesta, debía cumplirla si quería por lo menos recuperar sus alas y así lo haría, después de todo, siempre había sido su objetivo principal, acabar con LaMott.





||• HOLAAAAAAA, Disculpen que tarde tanto, la vida del cole me tiene hasta el cuello con tareas y exámenes, en fin, les dejo un capítulo algo cortillo, pero ya me urgia sacarlo del horno, prometo ser más constante. ):
Gracias a todos por sus bellos comentarios, de verdad lo aprecio mucho. (':
Espero sigan disfrutando la historia y me acompañen a lo largo de la misma.

I'm Out.— Mochi. •||

Ʀαʍέ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora