7 ☄ Calidez.

75 12 4
                                    

7 ☄ Calidez.

Estarás allí, recostado en tu cama tras un largo día, pero no podrás conciliar el sueño a pesar de todo. Darás vueltas y vueltas sin poder dormirte de una vez. Te aburrirás del silencio y lo único que desearás será que haya un poco de ruido para, al menos, entretenerte hasta que el sueño venga a por ti. Y de repente lo que deseaste se hará realidad: comenzará el ruido; comenzarás a recordar. Una cosa tras otra, sin parar, y no sabrás detenerlo. A tu mente vendrán imágenes de hace unos años, cuando estabas con personas que ya no lograrán estar a tu lado, y también llegarán fotografías de tu antiguo yo. Los echarás de menos. A todos, y tú no eres una excepción. Tus ojos se llenarán de lágrimas. Querrás abrazar a cada una de aquellas personas, cada una importante a su momento. Querrás abrazar a todos, especialmente a ti. Te verás, con ojos diferentes tras aquel paso del tiempo, y dirás que has cambiado. Por supuesto que lo dirás, todos lo haremos y lo hemos hecho ya.

Empezarás a llorar. Te imaginarás abrazando a aquellos amigos que te abandonaron, a aquellos familiares que se fueron… hasta que llegará el momento de abrazarte a ti mismo. Te mirarás a los ojos y se te romperá el corazón. Verás tu alma. Verás detrás de ti mismo y encontrarás allí cosas que, posiblemente, no querrías observar una vez más. Llorarás por todo lo que tu yo anterior tuvo que atravesar. Llorarás ante los recuerdos, ante lo transitado, ante lo vivido. Llorarás ante todo y no te podrás detener. No te podrás detener y creerás que eso estará mal. Pero, mi amor, no te preocupes… No te preocupes. Eso está muy bien. Eso estará muy bien… No tendrás motivos para opinar lo contrario.

Así que, con un nudo en la garganta, extenderás los brazos y prométeme que te abrazarás. Te abrazarás, de verdad. Fuerte, sin miedo de romperte. Llorarás en tu propio hombro y permitirás que los sollozos sacudan tu cuerpo a pesar de todo. Porque eso está bien. Cerrarás los ojos para no ver, pero sí para sentirlo todo. Y lo sentirás todo. En realidad, estoy mintiéndote: no sentirás nada. Ni dolor, ni aquel nudo en la garganta, ni algo quebrantado en tu interior. Todas las cadenas se soltarán y lo escucharás a la perfección. Te sentirás libre. Luego, muy lentamente, te separarás. Agacharás la mirada de inmediato. A pesar de todo, te sentirás vulnerable. Te sentirás transparente. Sentirás que ya nada se está adueñando de ti más que tú mismo. Y después, muy lentamente también, levantarás la cabeza. Ya no te verás a ti, sino que al frente tuyo te encontrarás a esa persona. A esa persona que día a día te inspira a ser mejor. A esa persona que te levanta, caída tras caída. A esa persona que no quieres perder por nada ni por nadie. A esa persona por la cual pondrías las manos al fuego. Y te sonreirá, y tú le sonreirás de vuelta y lo comprenderás: no todos nos harán sentir en casa. Aunque, escúchame, ¿no crees que lo mejor será empezar por encontrarse a uno mismo, que buscar a alguien más? Te lo dejaré para que lo pienses. Piénsalo todo lo que creas necesario, no te apresures. No te precipites. Sin embargo, cuando encuentres la respuesta, ya sabrás cuál será el siguiente paso: un abrazo.

Letras silenciosas. © [LP 1.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora