Un final inevitable.

Miradas.

La mañana promete ser muy aburrida, necesito distraerme, las materias son pésimas, este último año de preparatoria será morral.

Cierro los ojos para pensar en cualquier estupidez, al abrirlos me topo con el maestro parado delante de mi, intento sonreír pero mas bien hago una mueca.

-Retírate de mi clase - dice él muy resongon.

Y sin oponerme me levanto de mi silla, agarro mis cosas y salgo apresurado, que bien que me he librado, ahora me dirijo a la cafetería a pedir un express doble, necesito concentrarme, ahora digo eso, que estúpido. Enseguída veo a Jace junto a mi. ¿Cómo has salido? pregunto mirándolo levantando una ceja.

-No podía dejar que te diviertas sólo.-responde él con una sonrisa.

-Tú siempre andando detrás mio, sino fueras mi amigo diría que estas enamorado de mí.-sonrio bruscamente tratando de que él se enfade.

-No me jodas.-responde él dándome una mirada de desagrado.

Mientras él me cuenta una de sus tantas anécdotas y yo como siempre haciendo caso omiso me quedo mirando a lo lejos a una chica sentada sola en uno de los bancos, me sentía raro, es la primera vez que me quedo mirando a alguien así, su cabello era de color castaño, llevaba una remera negra y unos pantalones ajustados negros sólo eso pude divisar.

-Joder tio, no me has prestado atención.-dice Jace elevando su voz.

Hago caso omiso a su comentario y vuelvo a escucharlo decir -Maldición, ¿Qué es lo que miras tanto?- se coloca detrás mio a ver a la chica que yo veía y dice nuevamente él con un tono de voz serio -Esa es una chica ruda, ni por más guapo que seas jamás se fijará en ti

Me gusta las chicas rudas, es un desafío para mi.-respondo yo, luego me levanto y me dirijo hacia la chica.

Llego delante de ella y digo -Hola - ella levanta la vista y logro ver  sus hermosos ojos azules, era perfecta, también puedo ver que usa pircing en la parte inferior del labio, me da una mirada de mal gusto y no me responde, se levanta y me deja sólo sin siquiera saludarme.