Al fin la chica ruda ha sido mía.

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La invito a pasar conmigo a mi casa, y ella asiente. Llegamos, la dejo pasar, se sienta en el sofá sin decir una palabra, yo solo la miro, no sé si tenia deseos de llevarla a mi cama o tenerla por siempre junto a mi, no sé si era calentura o si era amor lo que sentía.

-¿Tienes algo de beber?-pregunta ella.

Rápidamente voy a la cocina y busco alguna bebida, para mi suerte había una botella de whisky. Traigo dos copas y sirvo la bebida en ellas, se la paso y de un sorbo se la bebe toda, luego ella agarra la botella y se sirve más y más.

Suspiro y pregunto -¿Por qué aquel chico te estaba lastimando?

Ella baja la copa encima de la mesada, me mira y responde -Es mi ex novio, no entiende que no quiero seguir con él-.

La miro y no puedo evitar fijarme en sus hermosos labios provacativos, me acerco lentamente a ella.

¿Qué haces?-pregunta.

Pero yo no respondo y beso sus labios, estaba preparado para recibir una bofetada, pero no, ella responde al beso, la cargo en brazos y la llevo a mi cuarto, la recuesto en mi cama, empiezo a recorrer su cuerpo, es tan sexy, especialmente  con su ropa interior rojo vivo, eso me excita aún más, la desvisto completamente, y ella me ayuda a desvestirme, me subo encima de ella y de la forma más suave empiezo a cogermela (que duro he sido con esa expresion, pero es así, no estábamos haciendo al amor, porque ahora estoy seguro que no la amo, ella tampoco me ama, pero posiblemente nos queremos y solamente nos deseamos), ella sube encima mio, me encanta escucharla gemir, su voz es tan dulce, y sus movimientos eran como el de una experta, cuando logre terminar me di cuenta que no llegue a usar protección, pero en ese momento no me importaba.

Ella se acuesta a mi lado, yo quede dormido, no se cuantas horas transcurrieron pero al despertar no  encontré a Marilia, escuché ruidos en la cocina y bajé rápidamente colocandome mis boxers, pero allí solo estaba Dan y Whitney, ella me mira con una cara de ¿Qué ha pasado?, yo no digo nada y vuelvo a subir a mi cuarto a darme una ducha.

Un final inevitable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora