Capitulo 25

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La casa era bastante grande a decir verdad. Tenía dos plantas y un hermoso jardín delantero, y otro jardín trasero. En la segunda planta había tres habitaciones, cada habitación con su baño. En la planta baja se encontraba un baño, la cocina, la sala y una habitación extra. En el jardín trasero había una piscina súper grande.

-Esta realmente hermosa -mire la cocina

-Mi madre quiere tener muchos nietos, por eso tantas habitaciones -rió Alex

-Lo imagine -reí

-¿Cuándo nos mudaremos? -se apoyo en el umbral de la puerta

-No lo se -me senté en el banquito de la isla que tenia la cocina

-¿Mañana?

-No -reí- Que te parece... ¿En una semana?

-Es mucho tiempo

-Lo suficiente para cambiarnos

-Bueno -se sentó a mi lado

-¿Qué cosas faltan por comprar?

-Casi nada -sonrió

-Bien -sonreí

-Mi amor -me llamo. Lo mire fijamente a los ojos

-¿Dime?

-¿Qué te parece si pedimos pizza?

-¿Pizza? -pregunte. Asintió- ¿Y donde comeremos?

-El pasto que esta alrededor de la piscina se ve cómodo, y hay una de esas cosas que uno se columpia, ¿Cómo se llama?

-Ni idea -reí- ¿pides la pizza?

-Claro -sonrió

Se dirigió por su celular

Estaba realmente linda la casa, y era lo bastante grande para tener muchos hijos, que de seguro no habrían más, ¿O si? La verdad, no lo se. Estaba emocionada por venirme a vivir con Alex, no dejaba de pensar si seriamos una familia feliz y unida.

-Ya viene -entro sonriendo

-Genial -sonreí.

-¿Qué sucede? -Se sentó a mi lado- estas muy pensativa

-Lo se -suspire

-¿Sucede algo malo?

-No, amo -sonreí. Amaba cuando se preocupaba por mi- solo estaba pensando en cosas como... ¿Qué vamos hacer si te aburres de mi?

-¿Aburrirme de ti? -Sonrió- ni en tus pesadillas, amor -sonrió- sabes que nunca me aburriré de ti, que eres mi razón para vivir, sinceramente, no se que haría si no estuvieras conmigo, aunque sea como amiga -me abrazo

-Te amo -susurre

-Yo más, y desde mucho antes, mi amor -me beso la mejilla

Me sentía tan cómoda en sus brazos, pero el momento fue arruinado por el timbre que no dejaba de sonar

-Seguro es la pizza -rió. Se levanto y fue abrir la gran puerta principal

Mientras Alex llegaba, hice círculos en la mesa

-Listo -sonrió Alex- ¿Vamos mi bella dama? -hizo una pequeña reverencia

-Claro, mi bello príncipe -tome su mano. Ambos reímos

Caminamos tomados del brazo hasta el patio trasero, y nos sentamos en la orilla de la piscina, que en estos momentos estaba casi llena. Metimos los pies y comenzamos a comernos la pizza

-¿Sabes? Amo la idea de que podamos vivir juntos -dio otra mascada a su trozo de pizza

-Aunque da miedo -reí

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