Capitulo 28

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–Me encantaría que te casaras con Edgar, mis dos mejores amigos juntos, ¿Genial, no? –volví al tema

–Si, como digas Abby –rió

Reí

Subimos al ascensor mientras la trataba de convencer para que se casara

–Estas loca –entramos al departamento

–¿Por qué dices que Abby esta loca? Yo la encuentro lo mas cuerda posible –dijo Edgar sarcásticamente

–Hola Edgar –salude

–Hola –sonrió– ¿Y Alex? –miro hacia atrás

–Anda en Estados Unidos –sonreí

–¿En serio? No me había dicho nada –frunció el ceño

–Es mentira mi amor –dijo Amber rodando los ojos– se peleo con él nuevamente por culpa de Natalie

–¿En serio? –frunció aun mas el ceño

–En serio –suspire resignada

–No hubieras aceptado que la trajera para acá –dijo Amber

–No le podía decir que no –suspire

–¿Por qué?

–Después de todo es su casa, ¿No?

–No, Abby –hablo Edgar enojado– es la casa de ambos, y sabes perfectamente que si hubieras dicho que no, Alex no la hubiera traído

–Lo se –suspire– pero ya basta del tema, vine a distraerme

–Voy a salir –dijo apenado Edgar– quede con Alex hace un rato en tu casa

–Oh, que bien. Creo que te mandara a cocinar –reí

–¿Qué? –preguntaron los dos al unísono

–Nada –rodee los ojos

–Bien,  ya me voy. Nos vemos en un rato –se despidió de cada una

–Ah, Edgar –lo llame antes de que saliera por la puerta– veníamos conversando con Amber sobre…

–No la escuches –me interrumpió Amber poniendo su mano en mi boca– vete amor, y dale mis saludos a Alex –le lanzo un beso. Edgar se puso a reír y asintió

–Maldita, ¿Qué le ibas a decir?

–Que veníamos conversando sobre tu casamiento –me encogí de hombros.

–Estupida

–Tonta

–Ingenua

–Tarupida

–¿Tarupida? –frunció el ceño

–Tonta estupida –reí

–Tú y tus juegos de palabras –negó con la cabeza

–¿Qué haremos hoy? –pregunte

–Nos espera un largo día… –suspiro

Edgar:

Odiaba cuando Alex y Abby peleaban por la culpa de Natalie. Abby pensaba que era mejor dejar a Alex con Natalie y ella irse para cualquier otro lado, y eso a Alex le molestaba. Me había dicho un par de veces que estaba aburrido de esa situación, que Abby no lo debería dejar solo con Natalie porque ella es su mujer, no la pequeña –entrometida– Natalie.

–Hola bro –salude a Alex

–¿Qué te sucede? –frunció el ceño

–Nada –me deje caer al sofá

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