"Estás libre"
"Estás libre"
Esas dos palabras resonaban con fuerza en su cabeza. Mientras caminaba – con las esposas en sus manos y pies – hacia quién sabe dónde, no dejaba de pensar en la conversación que había tenido con los matones unos minutos atrás. Le habían hecho una oferta de protección, lo cual implicaba que debía seguir las reglas de otros, cosa que odiaba con todo su ser pero eso debía hacer para sobrevivir. Pero ahora, junto al guardia que lo había sacado de su celda y otro que veía todas las mañanas en el almuerzo, sentía que todo eso había quedado atrás.
"Estás libre".
¿Cómo eso era posible? Definitivamente todas las pruebas apuntaban a él, aunque no habían encontrado el arma porque Matías se deshizo de ella en cuanto escapó del barrio, ni siquiera recordaba donde la había dejado en una de sus tantas noches de soledad. Pero tenían su declaración, su confesión que era lo más importante.
Los guardias lo hicieron detenerse y le sacaron las esposas, lo empujaron dentro de una habitación y le dejaron encerrado, por un momento el terror se apoderó de su cuerpo pero rápidamente fue reemplazado por el alivio al ver su ropa – la que llevó durante meses en su escape – sobre un pequeño banco destartalado, sin pensarlo dos veces se cambió y golpeó la puerta para salir. El hombre que lo sacó de la celda le hizo señas para que lo siguiera, se pararon frente a una pequeña oficina que separaba al hombre del otro lado por un vidrio delgado, pero que parecía anti balas.
-Un poco de dinero, una billetera, un pendiente y un anillo – el hombre guardó todo en un sobre de papel madera y se lo pasó a Matías por el pequeño espacio que no estaba cubierto por el vidrio.
-Gracias – murmuró apenas audible Matías, sabía que el hombre no le estaba prestando atención porque su vista se desviaba hacia una pequeña pantalla de televisión, el joven pudo ver que estaban transmitiendo un partido de futbol. Nunca le había gustado ese deporte, prefería el básquet.
Mientras salía de la jefatura de policía, el pensamiento del básquet se mantuvo pendiente en su mente. Recordó la noche que había llevado a Ivo a las canchas viejas, cuando le enseñó a jugar y estuvieron a punto de besarse, se había asustado tanto que se alejó y había sido la mayor idiotez de su vida – y eso que había cometido muchas – sin duda la más dolorosa.
Detuvo su paso cuando sintió que alguien lo estaba mirando, levantó la vista y a unos pocos metros pudo ver a un joven. Su cabello era negro como la noche y estaba corto, sus ojos color café lo escrutaban con intensidad, había algo familiar en ese chico pero no lograba identificar qué. Reemplazó el cabello negro por uno rubio, más largo, y unos ojos celeste muy claros, la visión del chico le dolía, recordar que no volvería a ver a Ivo le hacía doler el corazón. Estaba por alejarse, pero los pasos del moreno se acercaron y al escuchar su voz, la sangre de su cuerpo entero se congeló.
-Hola Matías.
Un gran nudo se instaló en su garganta, le costaba respirar y estaba seguro que en su rostro se reflejaba la perplejidad, porque realmente estaba sombrado. Una cosa era que el chico le recordara a Ivo, otra muy diferente era que el joven sonara como Ivo, pero la realidad lo golpeó en un instante.
Realmente era Ivo.
-Ivo... - su voz fue apenas un murmullo inaudible, pero Ivo le leyó los labios y una pequeña sonrisa se extendió en sus labios.
-Sí, soy yo, cariño – se acercó un poco más, temiendo la reacción del mayor. Pero Matías inmediatamente acordó la distancia entre ellos y se fundieron en un abrazo realmente esperado por ambos.
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Mi misión - YoonMin
FanfictionUna historia donde Ivo representa a Jimin, y Matías a YoonGi. Ivo es un ángel que está pronto a cumplir mil años. En el cielo hay una regla, cada vez que un ángel cumple sus mil años, debe realizar una misión en la Tierra, el mismo ángel decide qué...