11- Un gusto conocerte

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Seguimos nuestro camino ignorando Sunagakure, estábamos a poco tiempo de llegar a las montañas de arena roja así que incrementamos nuestra velocidad.

-¿Es ahí?- Pregunté.

-Eso parece.-

Levantamos la vista fijandola en la punta de una de las montañas que hacían honor a su nombre. A pesar de que era de día el viento soplaba con violencia y creaba nubes de polvo que estorbaban a nuestra vista.

Sasuke corrió concentrando su chakra en la planta de sus pies y comenzó a ascender, yo le seguí el paso subiendo de igual manera.

Antes de llegar a la cima a lo lejos escuchamos fuertes crujidos con eco que provenían del otro lado de la montaña. Él unió su cuerpo a las paredes de está, ocultándose visiblemente mientras yo lo imitaba.

Una enorme criatura alada pasó a un costado de nosotros incrementando las ráfagas de viento que nos golpeaban. Cerré los ojos y activé mi Byakugan para subir sin problemas, con precaución de las águilas que se encontraban rondando.

Estábamos a pocos metros de llegar a la cima, mi corazón se había acelerado y en un pestañeo un águila con plumaje ocre se había posado delante de nosotros.

Mi plan de mantenerme inmobil hasta que se fuera fracasó cuando Sasuke le lanzó kunai con sellos explosivos y está levantó sus garras para esquivarlos. Las bombas detonaron a un lado de la montaña y provocaron que la superficie se fuera quebrando poco a poco.

El ave tomó distancia y chilló con fuerza alertando al resto de ellas.

-Maldición.- Sasuke desenvainó su espada agitandola sobre los azotes del viento que aún soplaba.

-No Sasuke... Solo huyamos.- Le pedí

-Si no nos defendemos nos arrancarán las piernas.-

Fruncí el ceño con preocupación y aferré mis pies sobre las rocas que poco a poco se fueron cuesta abajo causando un derrumbe por las explosiones de los sellos.

Sasuke y yo perdimos el equilibrio cayendo al precipicio acompañados de varias piedras y rocas además de ser atacados por las águilas en nuestro descenso.

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El impacto en mi cabeza abrió una herida haciendo que yo sangrará, por suerte no habíamos sido aplastados por piedras grandes, solo algunas del tamaño de un puño. Heché un vistazo rápido a mi alrededor. Sasuke estaba recargado en una pared, respirando con dificultad y con una cortada pasando por su abdomen, se había herido con su propia espada.

Pasé mi brazo por mi frente para limpiar la sangre que tenía y me acerqué a Sasuke para curarlo.

El corte no era grave pero lo auxilie inmediatamente.

A nuestro alrededor había montones de rocas bloqueando la luz del sol.

-Hay que volver con la Kedra pronto.-

Terminaba de vendar la herida cuando escuché unos lamentos no muy lejos de nosotros.

El ave Ocre tenía una de sus alas aplastadas por una roca mientras otra águila con plumaje oscuro trataba de ayudarla queriendo mover la roca con su pico.

Me acerqué silenciosamente para tratar de ayudar pero el águila de tono oscuro no me lo permitió poniéndose en posición de ataque.

-Muevete.- Ordenó Sasuke.

-Si no la ayudamos morirá.-

-Eso no nos importa. Nos atacó.-

-Si tú no hubieras atacado primero no estaríamos en estas condiciones.- Lo miré molesta.

Universos Paralelos ●Hinata Hyuga●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora