Universos Paralelos ●Hinata Hyuga●

1- Entiende como me siento.

Cuando comencé... A pensar en mi misma.
Mi madre, mi padre, mi primo, mi hermana... Y todos los que conformaban el clan.
Mi padre era un hombre firme y temiblemente serio; todos los días me presionaba y entrenaba para ser más fuerte.
Pero siempre era lo mismo: caída, tras caída... Y más caídas.
Mi hermana era tan solo un bebe y mi madre.
Esa maravillosa mujer.
Tocaba suavemente mi rostro y limpiaba con sutileza mis heridas.

"Tu padre hace esto porque quiere protegerte, no podemos estar seguros de lo que va o no a pasar al día siguiente, posiblemente no estemos contigo y tendrás que cuidarte tu sola cariño... Afuera hay mucho peligro y más para tí que eres Hyuga... Esas personas solo querrán llevarse tus hermosos ojos y harán lo que sea para conseguirlos. Mi linda niña será muy fuerte algún día ¿verdad?"

Mis ojos se empañaban cuando estaba cerca de ella. Ella me consolaba, me cuidaba, me protegía y me escuchaba. Ella era mi adoración.

Durante su entierro, mi padre se mostró sin expresión alguna como siempre... Pero... Estaba segura de que a el también le dolía su pérdida, paso días, semanas encerrado en su habitación sin establecer contacto cercano con nosotras.
Hanabi no logró conocer bien a mamá y la compadezco por eso. Nunca viviría lo que yo viví con mamá... ¿O si?
Yo podía cuidarla, amarla y protegerla como mi madre había hecho conmigo.
Me concentré en ella, en su vida... Y me volví más blanda de lo que ya era.
Cuando mi padre nos ponía a entrenar, no importaba que fuera un entrenamiento para aprender, yo no me atrevía a tocarla, era imposible, la veía tan frágil y no quería hacerle daño...
Pero ella no paraba, y eso era algo bueno, mi padre la prefería a ella por ser más fuerte que yo y con eso yo estaba feliz, yo podía soportar sus humillaciones pero no sabia si ella lo haría.

Era suficiente, mientras más titubeaba para golpearla más moretones recibía.
Pero no era eso lo que me dolía; era que yo era tan débil que no podría si quiera protegerme a mi misma.

Mi debilidad, esa inseguridad siempre me mantenía helada, callada, tan sumisa, inmersa en mis propios asuntos.

Perdóname padre repetía en mi mente mientras miraba mi rostro frente al espejo, una leve cortada en mi frente emanaba gotas delgadas de sangre no puedo lastimar a Hanabi ella no lo entendería, era una niña, una niña criada totalmente por su padre, lo cual la lleno de rigidez y firmeza y la volvía muy fuerte día con día, en cambio yo recibí consuelo y eso no me permitía avanzar.

Hasta ese día.
Un chico rubio de ojos azules... el... era persistente. Cada que lo veía siempre estaba diciendo que se convertiría en el Hokage y entonces todos le tendrían respeto.
Todas las veces que lo veía me inspiraba... me empujaba a seguir entrenando, a ser más fuerte.
Quería ser fuerte como nadie, pero quería ser fuerte solo por dos razones.
Número uno conseguir la aceptación de mi padre. Y número dos proteger a los que amaba.

Después de mi encuentro en los exámenes chunnin contra mi primo Neji me quedó más que claro que tenía que fortalecerme, estaba entrenando y entrenando y entrenaba cada día más y más, aun así me dejaba vencer por mi hermana, pues no quería que pasara por las mismas represalias que yo pasé.

Aquel día, algo en mi primo cambio, se acercó a mi... Pero no con su expresión fría y superior de siempre, más bien con una de vergüenza.

-Hinata-Sama-

Ese sufijo, si llegaba a usarlo conmigo no era más que rabia lo que emanaban sus palabras, pero esta vez lo pronunció con un tono ligero lo cual me desconcertó pero me alegró al mismo tiempo.

-Ne-Neji-Niisan-

-Hinata-Sama, quiero pedirle una disculpa.-

No sabia que era lo que había pasado, pero para ser sincera estaba muy contenta de que Neji ya no me mirara con tanto odio como solía hacerlo.