Capitulo 30: єи мαиσѕ ∂єℓ gємєℓσ єqυινσ¢α∂σ (2/2):

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Había dejado caer el agua caliente sobre mi piel desnuda, tratando de que los malos momentos se borraran. Me arrope en la cama de Jai, vistiendo un poco de la ropa de él. Aquel aroma hacia que mi mente volara, me hacia recordar los viejos tiempos en los que me escabullía en el cuarto de mi hermano, tal vez para pensar en el de una manera no muy sana. Allí había comenzado nuestra historia...

Mis ojos permanecían cerrados, mas no podía dormir. Jai se encontraba en la sala durmiendo sobre el sofá, mientras que a mi me había cedido su cama, dejándome dormir arropada mientras el pasaba la noche en aquel incomodo lugar. La puerta se abrió lentamente, haciendo un rechinido minúsculo que logre escuchar, luego el ruido del seguro de la puerta al ser colocado se dejo oír. Apreté los ojos y fingí estar durmiendo. Él se adentro en la cama, y con una de sus manos rodeo mi cintura, la otra mano se coló dentro de la remera que llevaba puesta. El tacto de la piel fría de su mano con la tibia piel de mi espalda hizo que mi piel se erizara, le escuche reír. Las yemas de sus dedos apenas tocaban mi piel, haciéndome impacientar... luego de examinar mi espalda, había logrado percatarse de que no llevaba sostén, le escuché reír por segunda vez. La mano que pendía sobre mi cintura se adentro también en el interior de mi remera, al principio deslizo su mano por mi abdomen para luego llegar hasta el valle de mis senos, aprisiono uno de mis pezones haciendo círculos sobre el, lentos y calmos, afloje mi cuerpo dejando que las sensaciones que el producía sobre mi me controlaran.

-¿Recuerdas que así había sido la primera vez? -susurro a mi oído, introduciendo el lóbulo de mi oreja en su boca, mordisqueándolo incesantemente, pellizco mi pezón haciéndome morder mi labio inferior para contener un pequeño gritito- sigues teniendo la piel tan suave como en aquel tiempo.

-Tu sigues teniendo las mismas tácticas de antes -le conteste también en un susurro sentándome en la cama, alejando con pesar su mano de mi, deslice la remera sobre mi cuerpo sacándomela, quedando semi-desnuda solamente para el, lo mire, el miraba atentamente todo sonriendo, me acosté a su lado quedando enfrentada a él.

-Te encantan las cosas que te hago preciosa -me tomo por la cintura apegando su erección contra mi cuerpo, haciéndome aguantar nuevamente un gemido, cerré los ojos un segundo al sentirlo- has dejado de ser una niña _________ (Tn) -relamió sus labios al ver mis senos al descubierto frente a él- todavía recuerdo el cuerpito de aquella niña de 16 años, que hice mía y solamente mía, ¿Lo recuerdas?

-No hay un día que no piense en ello -le confesé mientras lo miraba a los ojos, recordando como lo habíamos hecho una y otra vez sin importarnos nada, aun recuerdo cuando mis fantasías se habían hecho realidad.

-Piensas en como perdiste la virginidad conmigo, piensas en como te fo*lle hasta el cansancio ¿No es así? -asentí, sintiendo como nuevamente el chocaba su erección contra mi vientre- ¿Lo sigues deseando?

-Como nunca...

Sus labios buscaron los míos, acorralándolos y fundiéndonos en un beso. Su sabor impregno mi boca asiéndome delirar al volver a sentirlo, sus manos recorrían mi espalda y de vez en cuando mis muslos a medida que el beso se intensificaba, me separe de el un segundo escapándome del agarre de sus brazos salí de la cama y me encamine a la puerta, él se puso de pie mirándome desentendido tomo mis muñecas apegando mi cuerpo al de él. Pase mis manos por su nuca atrayendo sus labios a los míos, lo bese fugazmente y me hundí en su cuello. Con un ágil movimiento mi espalda impacto contra la pared. Bese y succione su cuello, dejándole algunas mordidas esparcidas por allí, con mis manos comencé a bajar, buscando un solo punto, toque su miembro erecto, duro e inmenso como lo recordaba, bese nuevamente su cuello ejerciendo un poco de presión en el masajeo que había comenzado a darle en aquella zona, la respiración de Jai se aceleró, tiro la cabeza para atrás dándome el espacio absoluto para besar aquella zona a mi gusto y semejanza. Lo besaba y acariciaba a mi gusto dándole el placer que el realmente quería, le escuchaba rezongar de vez en cuando tomaba aire entre besos. Pero en un momento el tomo el control, tomo bruscamente mi nuca haciéndome que lo mirara sus ojos miel estaban opacados por el deseo, ambos estábamos excitados hasta el tope, ambos lo deseábamos sin duda. Me tomo por la cintura y me llevo hacia una cajonera que estaba allí dentro, me sentó sobre ella. Mis pezones fueron prisioneros de él, llevo a su boca el derecho mientras con su mano se ocupada de l izquierdo. Deje salir un gemido al sentir como succionaba mi pezón a su gusto, sin importarme lo brusco que estaba siendo, pase mis manos por su espalda acariciándolo un poco. Besaba y succionaba, lo hacia rápido y de vez en cuando intercalaba alguno que otro mordisco haciéndome tocar el cielo con las manos. Sentí como sus labios se apartaron de mi, me queje carraspeando la garganta no podía tan siquiera hablar, mi pezón había quedado erecto, el sonrió al verme entregada, deseosa de él. Nuevamente llevo uno de mis pezones a su boca, en este caso el izquierdo, y su mano bajo por mi vientre, delineándolo suave y torturadoramente. No pude evitar gemir cuando sentí que su mano se adentraba dentro de la última prenda que me quedaba, y aun más fuerte había sido el gemido que deje salir cuando sentí que dos de sus dedos se habían introducido en mí. Sus movimientos eran rápidos y apresurados, yo gemía y disfrutaba del vaivén.

-¿Te gusta? -me susurro al oído escuchando mis jadeos continuos, asentí sin siquiera poder hablarle- esto esta comenzando a fastidiarme -me despojo de la ropa interior de encaje rojo dejándome completamente desnuda frente a él, siguió con sus movimientos en mi interior, acelerándome cada vez mas- creo que ya estas lista...

-Hazlo ya -le rogué con los ojos cerrados, apretando la mandíbula estaba segura que pronto llegaría.

-Estaba deseando que digas eso -le escuche decir en un tono divertido- esta noche de disfrutare mas que nunca pequeña.

Beso mis labios acomodándose entre mis piernas. Luego lo sentí, se había adentrado en mi penetrándome casi completamente, mis jadeos junto con los de él aumentaron aun mas. Comenzó a moverse en mi interior, una y otra vez, en un vaivén enloquecedor. Nos dábamos placer mutuamente, era la primera vez que lo hacíamos tranquilamente disfrutando de cada segundo, de cada movimiento. El ritmo de las envestidas aumentó, ambos comenzamos a gemir descontroladamente, los dos estábamos llegando al clímax aunque ese era solo el comienzo....

Gemelos Explosivos •Jai y Luke Brooks•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora