Capitulo 33

1.3K 54 0
                                    



-¿A dónde vas? -le pregunte removiéndome en la cama, la oscuridad cubría todo el escenario del cuarto, la cama se encontraba revuelta y desecha. Entreabrí los ojos viendo como se colocaba su bóxer, sin pudor alguno, ¿Realmente podría sentir pudor luego de todas las cosas que habían sucedido entre nosotros? Sonreí respondiéndome que no. Mis ojos se abrieron como platos cuando vi que en sus manos recogía aquella fría pistola que había visto aquel día- ¿¡Que demonios harás!? -le pregunte alarmada.

-Shh ¡Cierra la boca! -Exclamo tratando de que su voz no resonara tan fuerte- he escuchado unos ruidos desde la puerta, y siendo las cuatro de la mañana no creo que sea una niña queriendo vender galletas la que llama a la puerta.

-No bajes, ¡Mucho menos con esa cosa! -le exclame preocupada, el me miro mal- ¿Sabes usar eso?

-Se perfectamente lo que hago, cierra la jodida boca y quédate aquí -me contesto rápidamente, con su expresión seria y aun sosteniendo una fea mirada sobre mi- mucho menos se te ocurra ir en las condiciones en las que estas.

-No te dejare ir solo -le dije envolviendo mi anatomía al desnudo con la sabana- ¿Por qué demonios no quieres que te ayude?

-¡_________ (Tn) no! ¡Demonios quiero protegerte no seas cabeza dura! -Exclamo irritado- iré yo, dudo que seas útil en un momento como este.

Dicho eso avanzo por la puerta, me pare rápidamente asomando la cabeza por la puerta, viendo como lentamente caminaba hacia el lugar de donde provenían los ruidos. Repare un segundo en su anatomía, su espalda grande y bien formada, sus brazos fornidos y fuertes, sus piernas, la caída de su cabello castaño claro... -¡__________ (Tn) concéntrate!- me reclame a mi misma. Me calce la ropa interior y una remera que había tirada allí en el cuarto. Volví a asomarme cuando el ruido de la puerta se escucho una vez más, aunque esta era la primera vez que yo lo escuchaba. Jai le saco, lo que yo supuse que era, el seguro al arma, respire hondo ante la simple idea de que se podría armar un tiroteo frente a la casa. El abrió la puerta dejando frente a el una silueta casi de su misma altura. Volví del otro lado, apoyándome contra la pared, rezando para que Jai no cometiera una locura, despues de todo lo que había pasado. Repare en que cuando las cosas comenzaban a mejorarse un poco todo se alocaba y esa rutina estaba comenzando a hartarme. Escuche unos gritos, aquella voz grabe era muy fácil de distinguir, luego de eso unos ruidos bruscos y toscos se dejaron oír.

-¡Jai por favor no! -Le escuche casi rogar a los gritos- ¡He venido en son de paz!

No quise pensarlo dos veces mas, aquella voz me había devuelto a la realidad Jai estaba frente a él con una pistola en la mano, ¿Podría salir algo bueno de aquella situación? ¡Claro que no! Entonces fue cuando salí corriendo hacia ellos, me quede parado frente a ambos mirándolos detenidamente, Jai lo sostenía con su brazo sobre el cuello de él, su mirada estaba cargada de odio, hasta se podía llegar a decir que un cierto recelo se encontraba en aquella mirada color miel, mientras que él se encontraba como un borreguito asustado frente a un lobo feroz aunque cada uno tenia lo suyo... en la otra mano de Jai pendía la pistola, la cual me saco de mis propias casillas.

-¿¡Que demonios haces aquí!? -Grito Jai enojado, apretando aun más el cuello de él. Pude notar la desesperación que se formo en el cuando sintió aquella presión.

-¡Jai con un demonio déjalo! -Le grite asustada por aquella situación, Jai se volteo a mirarme percatándose de mi presencia en aquella escena, automáticamente su brazo soltó el cuello que tenia por prisionero y me miro.

-Vete al cuarto, no quiero verte cerca de este bastardo -le escuche decir tenazmente, casi imponiéndome aquello pero sin mas no pensaba obedecer, ¡Demonios tenia un arma en la mano! ¡No estaba tan loca como para dejarlos solos en aquella situación!

-No me voy a ir Jai -le conteste tratando de parecer firme pero mi voz no era mas que un chiste, realmente mi fortaleza era el equivalente a la de un ratón, simple y vana- no planeo que lo mates.

-Tu haces lo que yo digo -me tomo por los brazos algo brusco y me llevo hacia la mitad del pasillo pero me detuve, apartándome de el rápidamente no podía dejarlos solos no podía hacer eso porque estaba segura de que ambos se matarían entre si y ahora con mas razón Jai podría cumplir una de sus tantas promesas, acabar con la persona por la cual sentía tanto odio y resentimiento- ¡No seas necia!

-No me iré por mas que el este aquí -le dije entre dientes con el plan de que el tercero en nuestra lista no escuchara, Jai fijo sus ojos en los míos con una expresión de obviedad como si supiera que por mas que las circunstancias se dieran no me iría de la casa que era de su propiedad- pero controlare que no lo mates, no puedo dejar que hagas una locura Jai, una por la cual ambos tendremos que pagar.

Jai se apartó de mi y camino hacia donde se encontraba el, quien tenia la mirada perdida y parecía que aun conservaba algo del susto que le había dado el zarandeo que Jai le había proporcionado. Su mirada se fijo en mi, conectándose con la mía, ignorando como yo cada una de las palabras que salían de la boca del ahora bravo Jai, parecía que quería pedirme perdón con una sola mirada, ¡Demonios! Si fuera tan fácil yo misma le hubiese pedido perdón a el de la misma manera, sus ojos miel estaban opacados y bajo ellos se encontraban dos grandes ojeras tal vez por la falta de sueño, o por otros motivos ajenos a mi... le mire desentendida.

-¿Luke que estas haciendo aquí? -pregunte casi ausente...

Gemelos Explosivos •Jai y Luke Brooks•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora