¡El día perfecto! Bueno... casi

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Pobre Milo que no tenía la culpa...

Casa de Géminis 6:00am

Kanon:- Aaaaaaaaaaaawwww... - Bostezaba el gemelo menor casi como un suspiro mientras se estiraba. - Pero qué boniiiiii...ta noche. - Otro bostezo más.

Se levantó y fue a poner en marcha su aseo personal matutino. Todo bien, normal, tranquilo... pero al salir de la tina su hermano entró sin siquiera pedir permiso.

Saga:- Mmmmm... vaya... esta sí que es una bonita manera de empezar el día... - Se acercó a él lentamente hasta estar completamente pegado a su cuerpo. - Kan... ¿no quieres jugar conmigo? - Tomó su miembro para comenzar a masturbarlo.
Kanon:- ¿Sabes qué? - Lo detuvo y puso sus manos de frente para separarlo. - Realmente no. No quiero. - Lo hizo a un lado y pasó hacia la puerta del cuarto. - No soy un juguete. - Fue lo último que dijo tomando su cepillo de dientes, saliendo del mismo y dejando a un muy sorprendido Saga detrás.

El desayuno transcurrió en total silencio. El menor fue a su habitación para cepillar su cabello y salir hacia la cima del Santuario. Le importó nada que su hermano lo siguiera, estuviera con él o no.
En el camino se encontró con Milo y charlaron de "lo que fue a pensar al bosque" ejemm... ejemm... (se aclara la garganta). En pocas palabras, le inventó un lindo cuento de hadas en donde "él lloró y lloró como María Magdalena destrozando un pobre árbol que no tenía la culpa". Claro que con el único que podía hablar de eso era con el escorpiano. Otros se burlarían de él sabiendo lo orgullosos que eran los Géminis.
Después del precalentamiento llegó el momento de practicar con

Milo:- ¿De veras? - Géminis asintió. - Pues eso está muy mal, Kan... ¿Quieres que te acompañe hoy? - Esa pregunta no se la esperaba...
Kanon:- No es necesario, me gusta estar solo para pensar. No me agrada que otros vean mi debilidad. - Cerró sus ojos con seriedad y suavidad y se preparó para el combate.
Milo:- Ok, ok, está bien. - Ambos estaban enfrentados. - ¡AQUÍ VOY! - Corrió hacia él e intentó golpearlo con su mano izquierda, pero Géminis atrapó su puño en el aire y lo hizo retorcerse de dolor al doblarle la muñeca. - ¡AAARGH! - Todos lo oyeron y voltearon a verlo, en especial Camus. - ¿Por qué lo hiciste? - Saga lo miraba atentamente. - ¡AGUJA ESCARLATA! - Usó su aguijón venenoso para hacer que lo soltara logrando su cometido lanzándolo unos metros más atrás.
Kanon:- Maldito bicho rastrero... - Dijo entredientes. Se levantó sobándose la cabeza que había golpeado en una roca. Su hermano sólo observaba inmutable. - ¡Ya verás! - Volvieron a lanzarse al combate, pero esta vez, el escorpión no se confió tanto.

Pelearon cuerpo a cuerpo. Golpes, patadas, saltos y destrezas, todo era válido, todo era un gran espectáculo para sus compañeros. Escorpio se lanzó por última vez al ataque, estaba muy cansado y con la muñeca izquierda doliendo como los mil demonios. Pero al estar a pocos metros de llegar a él, Kanon atacó...

Milo:- ¿Por qué no se mueve? - El menor de los gemelos cruzó a su lado paralizando al escorpiano.
Kanon:- ¿Sabes? Si tú pudiste usar tu Aguja Escarlata, yo también tengo derecho a usar mis técnicas inofensivas. Pero no te preocupes, sólo te mantendrá paralizado por algunos segundos. - Su hermano sólo se dio la media vuelta y bajó a Géminis. - Te irás Acuario con Camus, te quedarás allí y descansarás tus heridas. Vete. - Le dijo dándole la espalda mientras el peliazul recobraba el movimiento para seguir sus instrucciones. - Lo siento bicho... - Todos se quedaron asombrados ya que no se les tenía permitido practicar con sus habilidades especiales.

Kanon bajó solo y en silencio. Pero a pesar de eso, se sentía bien, estaría pronto con el rubio que le distraía de la tristeza permanente con la que tenía que convivir.
Al llegar a Géminis su hermano lo estaba esperando y no con la mejor cara...

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