CAPÍTULO 3: DEVOCIÓN Y MUERTE

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Caminamos unos minutos por el camino principal y luego nos desviamos por una ruta secundaria, luego de casi una hora llegamos a una hermosa villa. Me detuve un momento, admirando la belleza del lugar hasta que noté que ese hombre había seguido su camino, no sé porque pero corrí hasta llegar a 2 pasos detrás de él y así permanecí.

Si el lugar era bello por fuera, su interior era casi un paraíso: flores de todo tipo eran visitadas por colibríes, abejas y mariposas, en el centro se podía ver una fuente de agua cristalina que distribuía agua en casi todas las direcciones de la casa, el suelo con un recubrimiento en piedras cuidadosamente instaladas, las columnas de madera de cedro finamente tallada y las ventanas decoradas con telas color violeta.

Mientras nos adentrábamos más a la casa vi a muchas personas, todos hacían una pequeña reverencia al paso de ese hombre, me hizo una señal de que lo siguiera y entramos a lo que sería su despacho, se sentó mientras me quedé de pie frente a él:

— ¿Y bien? ¿Qué te parece este lugar? — Me preguntó. Tragué saliva y bajé mi cabeza.

— E... Es— agaché más mi cabeza— Es un lugar hermoso... Señor.

— Bien, vivirás aquí a partir de hoy y estarás bajo mis órdenes, así que deja que me presente, soy Yusef — tomó unos papeles de su escritorio y continuó — Soy un hombre importante para Narkam, sin embargo mi importancia solo se reduce a términos monetarios, para ser honesto mis acciones no son del todo del agrado de ellos, conociéndolos podrían atacarme a mí o a mi esposa en cualquier momento... así que necesito personas que protejan mi hogar, es por eso que te traje: tu función será morir antes que yo.

Me sorprendieron sus palabras.

— S... señor, yo... no creo que... yo soy débil. — le contesté.

— ¡Ah vamos! No es que quiera que te mueras de inmediato, necesito que alguien cuide de mi hogar cuando me haga viejo... y para eso aún falta bastante — luego me miró fijamente — mis hombres se encargarán de entrenarte. Por ahora busca a Elián, él te dará ropa y te dirá donde quedarte.

No tuve de otra que obedecerle, me incliné un poco y me giré para salir de allí.

— ¡Oye! — Me llamó — chico, ¿cuál es tu nombre?

— Sloan... Señor — dicho esto me retiré.

Al salir busqué a ese tal Elián, no tardé mucho en encontrarlo: Era un hombre alto, corpulento, con marcas de batalla en su cuerpo, tendría al menos unos 40 años era de esa clase de personas que infundía respeto con solo mirarlo. Llamó a una de las jóvenes de la casa, indicándole que me diera ropa para cambiarme, me llevara a los dormitorios y me enseñara cual sería mi cama. Me explicó que me daría unos momentos para pudiera bañarme, vestirme y después comer algo, con la indicación de que no tardara demasiado y que me presentara de inmediato en el patio, ese sería mi primer día de entrenamiento.

Los días se me hacían cortos en ese lugar, era extraño pero me agradaba estar allí, la verdad no sentí como pasaron mis primeros 7 años allí, y para cuando me di cuenta ya me había convertido en un chico de 13 años. La verdad era que bajo el mando del señor Yusef teníamos una buena vida, me compraron como esclavo pero no era tratado como tal, de hecho nadie era maltratado en ese lugar.

Desde que tengo memoria, yo siempre le había insistido a mi padre que me entrenara, y aunque había soñado con servir a Mako no podía quejarme, siempre había soñado con entrenar y convertirme en un guerrero, irónicamente la aldea que me alejó de mi hogar me brindó lo que deseaba, allí lejos de casa lograba mi meta.

Recuerdos de un Guerrero #HB18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora