El chico intentaba explicarme que sería de nosotros en ese lugar, lo que en pocas palabras seria el comienzo de una vida en uno de los lugares menos gratos que conocería.
Narkam... No puedo creer que me encontraba en ese lugar, había oído a mi padre hablar de él un par de veces; siempre usaba la misma palabra para describirlo: infierno. Un día logré escuchar de lo que eran capaces, Narkam se caracterizaba por la ferocidad de sus miembros, su falta de compasión y su nula moralidad.
En Mako, mi aldea natal, las noticias de las atrocidades cometidas por Narkam no eran del todo difundidas, los únicos que estaban al tanto eran los guerreros de la aldea y entre ellos mi padre como líder del ejército, se sabía que Narkam estaba atacando aldeas y se rumoreaban desapariciones, mi padre les pidió a los altos mandos que reforzaran la seguridad, pero fue ignorado.
Estaban seguros que, debido a la distancia entre Mako y Narkam (que correspondía a un difícil viaje de 15 meses) nuestra aldea estaba segura, claramente se habían equivocado.
Recordé como mi aldea se había reducido a cenizas, recordé los cuerpos de personas que yo había conocido de muy niño, lo supe entonces, mi familia tal vez ya no existía.
Lloré como nunca, en la noche el recuerdo de mi familia hizo que el sueño se alejara de mí, me dolía que lo último que hice con mi padre fuera hacerle una ofensa, recordándole que él no era mi padre legítimo.
A la mañana siguiente, me di cuenta de la cantidad de personas que nos encontrábamos en ese lugar, tanto hombres como mujeres.
Todos hablaban entre ellos, mencionaban varias aldeas sin contar la mía, era evidente que Narkam no solo había atacado a mi hogar, por lo que había escuchado, habían hecho un total de cinco ataques en una sola noche, reclutando a la mayoría de jóvenes. Los que podrían juzgarse como mayores, debían tener de 16 a 18 años.
fue frustrante... En medio de todo esto, incluso aquí yo era el más pequeño, solo era un mocoso de seis años.
Caminé entre ellos y todos tenían la misma expresión de tristeza y nostalgia, vi de nuevo al muchacho del día anterior, y me dirigí hasta donde él estaba; ese chico era el único con quien había hablado desde que había llegado a este lugar:
— Por cierto... ¿Cómo te llamas? — le pregunté después de desearle buenos días... Claro como si pudiesen existir días buenos en Narkam.
— Me llamo Keiden vengo de Arwen. ¿Y tú?, solo sé que vienes de Mako.
— Mi nombre es Sloan— le contesté.
Durante la mañana Keiden y yo hablamos, él me hizo entender que no debía mantener esperanzas de volver a ver a mi familia, lo más probable es que Narkam había fingido la muerte de todos los que fueron traídos de Mako, con el fin de que nadie de nuestras respectivas aldeas los molestara buscando, al menos eso había escuchado de los hombres que nos vigilaban.
Estábamos hablando cuando un grupo de hombres entró y nos hicieron formar en filas, Keiden se paró delante de mí, esos hombres nos explicaron que nos dividirían en tres grupos:
— Ruégale a Dios que no te toque en el tercero — me susurró Keiden.
— ¿Por qué? — pregunté hablando suavemente.
— Serán esclavos — me respondió — algunos se quedarán... otros serán vendidos.
Me sentí asqueado, no les bastaba con incendiar hogares, asesinar personas y destruir vidas, ahora se lucraban con la miseria de otros. Ahora entendía lo que Keiden quiso decirme con eso de ser sus peones.
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Recuerdos de un Guerrero #HB18
PertualanganSloan, un joven proveniente de la aldea Mako vive una de las experiencias mas tristes cuando siendo solo un niño, Narkam una aldea enemiga invade su hogar y lo separa de su familia. La vida lo obligara a enfrentarse a situaciones que nunca consideró...