Cuando volví en sí, era de noche, una vela iluminaba la habitación, Yusef estaba en una silla a mi lado, noté tristeza en su rostro, desvié mi mirada, no me sentía capaz de verlo directamente pero necesitaba saber un par de cosas, aunque me sentía mareado empecé a hablar:
— ¿Está usted bien? — Yusef asintió.
— Y... ¿El capitán? — le pregunté, él solo negó con su cabeza.
Cerré mis ojos, no podía creer lo sucedido: en menos de un día había presenciado 2 muertes y ambas provocadas por mí.
Pasó solo una semana después de eso, mi cuerpo se había recuperado, habían sepultado a Elián, Narkam había exigido la expulsión de Yusef dándole 2 opciones: acatar la orden antes de la próxima luna llena o prepararse para la guerra, él había decidido no perder más vidas así que optó por la rendición, esos días Yusef estaba empacando sus cosas para marcharse, no había hablado con nosotros desde entonces, nos sentíamos a la deriva, éramos sus guerreros, dependíamos de sus decisiones pero él no había dicho nada sobre nuestra suerte.
Un día aclaró nuestras dudas.
Era una mañana, faltaba menos de una semana para que el plazo de Narkam se cumpliera y habíamos recibido la orden de formar en el patio, obedecimos de inmediato, estábamos impacientes.
Una vez allí vimos a Yusef caminar junto a su esposa y se pararon frente a nosotros:
— Escúchenme, — hablo con voz potente — compré a cada uno de ustedes con la esperanza de mantener mi hogar a salvo, pero a lo largo de estos años no pude evitar comprender que mi hogar lo conforma cada uno de ustedes, los compré con dinero, pero ustedes pagaron su libertad con lealtad, no les exigiré nada más de su parte, a partir de hoy ustedes serán hombres y mujeres libres de elegir su camino, su deuda ya está pagada, solo me queda agradecerles y desearles mucha suerte.
Todos en el patio nos arrodillamos mostrando una última prueba de fidelidad a Yusef y Laia:
— ¡¡VIVA EL LORD!! — gritamos al unísono, mientras ellos se inclinaban un poco y después se marcharon.
Yo estaba de rodillas al igual que mis compañeros, pero seguía con mi mirada hacia donde se dirigía Yusef, una vez que dieron la orden nos pusimos de pie y en cuanto rompimos filas fui directo a su oficina. Entré, mostré mi respeto y luego fui al grano:
— Solicito permiso para irme señor.
— Ya no estás obligado a pedirme permisos de ninguna clase Sloan, a partir de hoy puedes irte a donde te plazca — me respondió Yusef mientras ataba con cuerdas unas cajas.
— Entraré a la guardia de Narkam — le dije sin rodeos. Yusef me miró de inmediato.
— ¡QUE! ¿ESTAS LOCO? — luego con una voz más tranquila continuó — tienes la posibilidad de hacer una nueva vida, ¿y te vas a meter justo a la boca del lobo?
— Deseo acabar con ellos señor — le dije aún con la mirada abajo.
Él negó con su cabeza, puso una de sus manos en mi hombro y siguió:
— Durante todos estos años me contaste tu anhelo de regresar a Mako y buscar a tu familia, ahora tienes la oportunidad, aprovéchala ahora que eres joven — me miró con cariño — es hora de que te vayas hijo mío.
— No, se lo dije antes Señor, el día que yo vuelva a ver a mi familia será cuando me convierta en un hombre digno de ello, — suspiré — mi última acción con mi padre aún me pesa, en estos momentos no merezco reunirme con ellos, lo que Narkam le hizo a Mako es imperdonable, y ahora con lo que le hicieron a usted solo me hace pensar en ellos como el cáncer de este mundo.
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Recuerdos de un Guerrero #HB18
AdventureSloan, un joven proveniente de la aldea Mako vive una de las experiencias mas tristes cuando siendo solo un niño, Narkam una aldea enemiga invade su hogar y lo separa de su familia. La vida lo obligara a enfrentarse a situaciones que nunca consideró...