Recuerdos de un Guerrero #HB18

CAPÍTULO 7: Alianza

Es tarde en la noche, me encuentro escapando, corriendo a través de las calles de Narkam, las cuales ahora, después de vivir más de 3 años en ese lugar las conocía bastante bien, tenía ubicado los mejores lugares para llegar más rápido a mi destino, reconocía los atajos y había aprendido aprovechar la arquitectura del lugar en mi beneficio, así que escapar no era un problema para mí:

— ¡No dejen que se escape esta vez! el comandante no nos lo perdonará si ese bastardo logra huir de nuevo — gritaba uno de ellos.

— No debe andar lejos, — gritaba otro — no pudo haberse escapado tan fácil.

Después de unos minutos, logré llegar al lugar acordado, y aunque me encontraba en un lugar elevado, una vez en el lugar me arrodille para quedar fuera del alcance de visión de los hombres que me perseguían, ocultándome. Desde allí podría tener una mejor visión del lugar, abajo estaban algunos de los guardias de Narkam, estaban discutiendo, escuche un ruido en el lugar que me encontraba, miré de reojo pero no me moví, poco después logre divisar 4 siluetas de unos hombres que se encontraban en el mismo lugar que yo:

— Deberían aprender a caminar con más cuidado — comenté — recuerden que entre menos sepan de nuestra presencia mejor, la intención es pasar desapercibidos.

— Seguiremos practicando — susurro uno.

— De nuevo no fue problema para ti escapar ¿verdad? — exclamó otro.

— El verdadero espectáculo aún no empieza — susurré.

Mentalmente empecé a hacer la cuenta regresiva, estaba esperado una detonación: 3, 2, 1.

La noche se iluminó, se escuchó un gran estruendo y la onda expansiva llegó hasta nosotros, y al oeste la sala de municiones se encontraba en medio de las llamas.

— 6 minutos y medio, tal y como lo habías planeado Sloan — comentó uno de mis compañeros.

No pude evitar sonreír, los Narkanos siempre se engrandecían diciendo que eran los mejores guerreros, ahora mismo estábamos atacando el orgullo de Narkam. Con el tiempo me había hecho a la idea de trabajar solo pero, ahora contaba con ayuda para realizar este tipo de trabajos, con ellos los guardias eran tan fáciles de despistar, pero lo más importante era que ya había otra misión cumplida.

Tal vez se pregunten como fue que, llegando solo terminé teniendo un grupo de aliados que me ayudaban a realizar los planes para detener las invasiones de Narkam, la respuesta es muy sencilla: la mayoría de los hombres de Narkam tenían el mismo ideal de detenerlos, y aunque ellos deseaban atacar de inmediato, con el paso del tiempo terminaron aceptando que mis planes, aunque tomaban mucho más tiempo en ejecutarse, terminaban por dar resultado, nunca me consideré un líder, mi rol era mucho más de tipo táctico, pero me aseguraba que las probabilidades de éxito fueran altas y que no existieran bajas en mis compañeros. Aun así, aunque éramos un grupo pequeño, eso era suficiente para lograr nuestros objetivos, podríamos ser pocos pero lográbamos cumplir con las misiones.

Fue casi por casualidad dar con ellos, ya que todos éramos de divisiones diferentes, pero la ocasión se dio: una vez cada año, los escuadrones de Narkam hacían una competencia para averiguar cuál de ellos tenía a los hombres más fuertes, en aquella ocasión yo fui uno de los seleccionados de mi escuadrón. Sabía que no sería fácil, las emboscadas no eran un secreto, entre menos oponentes mejor.

Al principio, cuando me encontré con ellos la intención de atacarnos no era un misterio, sin embargo en medio de la batalla logré ver el destello de una cuchilla lanzada desde los árboles, cuando intenté desviarla uno de ellos me había protegido con el escudo que llevaba, entonces vimos que un grupo de hombres venían hacia nosotros. Fue ahí cuando comprendimos que solo saldríamos de ese lugar peleando juntos, fue casi por instinto, pero en el momento mismo en el que nos cubrimos la espalda que supimos que podíamos confiar como equipo.