Motivos

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Momo reduce a uno de los doctores al deducir que le habían estado inyectando algo a Conan todas las sesiones de terapia, resolución de problemas, fue una rápida deducción...

El estado del niño había estado trabado desde el inicio de la terapia. Semanas en las cuales el comportamiento del menor se reducía a estar sentado, ver por la ventana de su habitación y recibir sus tres clases de terapia. Motriz, lenguaje y mental.

Fue un lento procedimiento. La aguja entró en su brazo de suave manera. Le recordó porque era uno de los doctores mejor pagados del país, no había duda en sus manos, pero había un pequeño problema... A quien inyectaba era el pequeño hijo de su jefe y los medicamentos que el niño recibía eran administrados por ella misma. Si bien solo era una sirvienta, sabía perfectamente el procedimiento que cada especialista le aplicaba al niño y aquello frente a sus ojos, no era parte.

Se planteó que quizás reducir al sujeto en un par de movimientos pudo ser excesivo. Y el pequeño que miró todo esto no parecía inmutarse, su mente parecía estar en otro lugar y era ajeno al alboroto a los pies de su cama.

Momo se encargó de llevar al hombre hacia fuera de la habitación y posteriormente hacía las afueras de corredor de la habitación de Conan, donde habría un guardia, cada invitado externo era escoltado dentro y fuera de la propiedad. Este al verla no dudó en esposar al doctor y exigir una explicación a la sirvienta. "¿Qué fue lo que le inyectaste maldito?" Encendió automáticamente las alarmas en la mente del guardia, este sacó un arma de su chaqueta y le apuntó a la cabeza. "No lo volveré a repetir" Quitó el seguro del arma. "Uno..." levantó al sujeto que hasta el momento había estado tendido en el suelo. "Dos..." Lo golpeó contra la pared. "Tres..." El arma volvió a la cara del médico.

"Es un sedante" No quiso probar su suerte, temblaba como un niño asustado y sus ojos se cerraron esperando lo mejor.

"Es importante que no olvides lo que pasa con quienes se meten con esta familia" Momo sacó un teaser de su falda y lo utilizó en el sujeto. Sus gritos apenas calmaron una milésima de la rabia que sentía la mujer por permitir que el niño fuera lastimado estando ella en la misma habitación.

El guardia se llevó al médico esposado, ella regresó a la habitación del niño y evaluó su situación. Dormido. Como en esas semanas. El pequeño se dormía mientras repasaba algún ejercicio que ese doctor le dejaba, todo ese tiempo por el efecto del sedante...

..."Gracias" Fue la única palabra que escucho. El heredero había mejorado en ese fin de semana que el medico se ausentó, escapó de su habitación, se movió soló por los jardines, escaló un árbol y dijo su primera palabra.

Lo acomodó en su cama y fue inmediatamente a informarle al señor de la casa. Si era castigada por su incompetencia, que así sea, cada pasó se le hizo eterno y sofocante.

_/_/_/ Detrás de una puerta _/_/_/

 "Momo, tengo entendido que permaneces con mi hijo en cada sesión de terapia y revisión. ¿Es realmente esta la primera vez que le suministraron este sedante?" Karasuma sostenía la pequeña ampolla transparente en sus dedos.

"En cada sesión el doctor me solicitaba un vaso de agua, la bandeja la dejaba junto a la puerta de la habitación, pero hoy fue más descuidado y logre verlo por el espejo del tocador"

"Es muy probable que no sea la primera vez... Prepáralo para salir, avisaré a la clínica que van en camino." Su postura se relajó y se levantó de su silla. Dándole la espalda a Momo, se fue hacia la gran ventana de su despacho y apreció lo que había más allá del cristal. Sharon. Ella estaba sentada en el jardín leyendo su libro favorito. Cada tarde hacia lo mismo desde que ambos habían llegado del hospital hacia casi un mes. Ya casi terminaba setiembre y por primera vez en ciento cuarenta años... No tenía apuro alguno de saber lo que pasaba por la mente de Sharon. Cada día había sido una carrera constante para lograr esa vista. Haber encontrado el APTXN-0 marcaba un antes y un después. No solo como el fin definitivo de Renya Karasuma y el inicio de la vida de su hijo Ayner, sino que marcaba el inicio de una vida juntó a esa mujer de cabellera rubia.

La mentira que trajo consigo la tragedia -The lie that brought tragedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora