El último caso de Kogoro Mouri

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La competencia la tenía a flor de piel. Había empezado la temporada de Karate. Ran Mouri era como siempre una de las mejores.

Una patada precisamente acababa de sacar a su contrincante del combate. Noqueada, Ran se enderezó... Los gritos de sus compañeros de clases resonaban en todo el auditorio de la escuela. En especial de Sonoko. Quien mantenía una muy llamativa pancarta en el aire.

"¡Así se hace Ran!"

La hija del ahora no tan famoso detective solo sonrió. Una toalla le fue dada por una chica del club. Eso marcaba el final del día escolar.

Tras cambiarse de prendas se fueron del instituto. Nunca faltaban los saludos de compañeros y profesores. Los siguientes fines de semana serían iguales para Ran, más escuelas y un decidido viaje a la final en... ¿Tochigi?

Particularmente un ligero dolor en su muñeca izquierda la hizo ponerse una muñequera y olvidarse de ese futuro algo lejano.

"¿Puedes creer que aun recuerden el incidente de la peluquería?" Sonoko no paraba de refunfuñar. Su familia mantenía un registro de sus deslices en la televisión... No era divertido, ya que constantemente era la burla en la cena o desayuno. La televisión puede olvidar, pero la familia era un libro aparte.

"¿Y si hoy me acompañas al centro comunitario?"

Ran empezaba a tener nuevas actividades fuera de la escuela y eso era bueno. Su madre pensaba que era bueno, ella también lo creía y su padre... Tenía otras cosas en las que pensar. Pero actualmente la situación en casa estaba empeorando, con su padre sin casos y en un inminente proceso autodestructivo de alcohol y tabaco. Su madre ya le había propuesto seriamente lo que por años fue una sugerencia. Múdate conmigo. Una mueca se dibujó en la cara de Ran, nuevamente no podría dormir esa noche...

"E-Están empezando a juntar donaciones." Alejar el futuro era lo único que la haría avanzar...

"Supongo que ellos recibirán mis colecciones del año pasado" Donar era algo tan trivial como preguntar por la cena. "Pero tendrás que ayudarme a escoger..." Varias prendas llegaban a su mente y tal vez, quizás, un pequeño bolso con cierto Pin.

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Como parte de sus últimos cinco casos fallidos, una nueva demanda era deslizada por debajo de la puerta de su oficina y como esperaba, no era tan diferente a la anterior. Daños y prejuicios. La arrojó al ya repleto tacho de basura. No necesitaba leerla para saber que decía.

Decidido a empezar una mañana con un buen trago para olvidar lo que estaba pasando en esos días, fue frustrado por un leve toque a la puerta, el mismo detective se preguntó si había sido su imaginación...

Abrió la lata antes de escucharlo definitivamente. Su oficina era un caos en la tierra, recientemente Ran ya no limpiaba esta zona, creía que era inútil si su padre no daba indicios de querer mantenerlo limpio.

Una tercera llamada únicamente hizo que tomara sus camisas sobre el sillón y las arrojara a la silla de su escritorio.

La puerta reveló a una mujer de mediana estatura, lentes y gabardina. Una apariencia común. Su negro y largo cabello le daba una apariencia muy estilizada. En otro momento Kogoro hubiera aullado a la luna e intentado ligar con ella, pero como se mencionó, no estaba precisamente de humor.

Estuvo por preguntar a quién representaba... ¿Cuál de todas sus demandas?

"Buenas noches señor Mouri, espero no sea mal momento"

Demasiado formal para ser un abogado, entonces, quizás... ¡Un cliente! Pero...

Demasiado malhumorado para trabajar, quizás dentro de cinco cervezas más su mente se despejaría....

La mentira que trajo consigo la tragedia -The lie that brought tragedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora