La mentira que trajo consigo la tragedia -The lie that brought tragedy

Estas cosas solo pasan.

"El caso de Taka Suwa será tratado en la brevedad de lo posible"

Fue esta la última declaración de la fiscal encargada del caso de los Vineyard. La prensa quería saber que pasaría en el futuro, Taka Suwa fue asesinado en su celda en medio de la noche a tan solo tres días de su sentencia de treinta años. Como cierta organización sabe, nadie preguntó que había pasado o quien había sido el culpable, además, no hubo cuestionamientos sobre la cremación del cuerpo.

Pero como es el pan diario de ciertas personas, otras noticias opacarían todo lo que quedó rezagado en el misterio e incredulidad. De haber ocurrido esto en otras circunstancias, alguno de los talentosos detectives de esta generación habría investigado el caso y lo hubiera dado por resuelto... O no. Los curiosos tienen un destino peor a la muerte y eso lo sabe muy bien Kudo Shinichi.

De quien vamos a hablar dentro de poco. Dakot company, la empresa dueña de un almacén junto al centro de tiro, ha contratado a este detective para que investigue cierto robo de información valiosa de las manos del ladrón de la luna llena. Documentos sobre el misterioso niño de los Karasuma. Esta información lleva a Kaito en busca de Conan Edogawa y la mejor forma de hacerlo es llamando su atención al ponerse sus zapatos en el ojo público.

Para ayudarse un poco, manda una carta a la policía sobre un nuevo atraco. Y es así como la misión de Kudo se mueve actualmente a Kyoto y es donde por una coincidencia de la vida, los caminos de quienes buscan al detective encogido empiezan a unirse. Dos caminos en especial.

El del hada de las drogas y el mago.

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"No sé qué quieres lograr con todo esto" El departamento que ambas mujeres habían compartido con el niño se sentía frio. "¡Mírame Ayaka!"

Masako, quien había tenido que lidiar con un cambio de departamento, la adopción de un niño y asumir la carga financiera de la pelirroja junto a Kuro. No se sentía egoísta, sabía que Ayaka había perdido a su familia y buscaba ahora solo justicia. Pero tras la muerte de Taka, no había por donde buscar...

El pez dejó de moverse en el estanque y valla que Ayaka tenía puesta toda su esperanza ahí.

"Si, murió y ahora te escondes de todo. ¿Dónde está esa activista que no le importaba nada?"

"No sé si eres ciega, pero aquí, la más perjudica no eres tú, es Kuro... ¿Cómo crees que está llevando esto?" El niño tenía fe o al menos la había tenido. Masako pudo ver su reacción al oír de la noticia. Supo desde ese momento que nada sería conoce habían planeado.

"Creía firmemente que todo estaría bien si su hermano salía de prisión y ahora... Ya no será posible"

Ayaka seguía en ese pequeño cuarto, una esquina con su cobertor enrollado, pensando en cómo sería su muerte próxima... El camino fue errado y no había garantías para tomar otro diferente.

"¿Qué no piensas hablar...?"

Alguien llamando a la puerta seria el punto decisivo para seguir o caer en la desesperación.

¿Era la muerte? No, solo era el timbre del hogar.

Pero no negaría que la hubiera llamado en un par de ocasiones. Ayaka estaba dispuesta a recibir al ángel de la muerte si él la quería.

Con reticencia, Masako tomó un bat de béisbol de uno de los armarios y se asomó por la mirilla de la puerta. Ayaka no podía ver nada desde el cuarto, pero decidió irse al baño... Todavía no había dado todo de sí. Sacó de uno de los cajones una pistola... De la cual Masako no sabía nada.