La esperanza que se ensordece

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"Tienes 30 minutos" fue la primera vez que recibía visitas, sin embargo, no había porque recibirlas... No tenía familia, a fin de cuentas, nadie pagaría su fianza... Si es que acaso le llegaran a dar una. En Japón la pena que le esperaba por haber matado a una persona podría varias entre...

Taka empieza a llorar al empezar a cavar en su futuro. La visita entra y se sienta en una silla, la única que hay en esa pequeña sala de visitas. Una habitación de apenas diez metros cuadrados, la cual tiene una pequeña mesa, dos sillas y una pared espejo.

"..." La visita se sienta en la silla frente a Taka y espera a que este paré de llorar.

Al cabo de unos minutos, la respiración de Taka finalmente regresó a la normalidad y su rostro se alzó ante la visita.

"¿Eres Taka Suwa?" Su calmada voz no parecía despertar a Taka de su trance.

La alegría que alguna vez asomó por sus ojos de niño se había gastado con el tiempo, sin embargo, ahora... Se había apagado. Tal como la llama de una vela...

"¿Vienes a decirme que me pudriré en estas cuatro paredes?... ¿Señorita?" Su voz por otro lado, aun no moría en el silencio.

"No vengo con esas intenciones señor Suwa, se lo aseguro, soy Ayaka Minamino y necesito hablar con usted" firmemente expresó la muchacha.

La chica frente a Taka vestía un traje gris y su cabello pelirrojo estaba fuertemente apretado en un moño.

"¿Es acaso usted mi abogada?"

"No, no lo soy..." él no dudo en interrumpirla al oír lo que necesitaba.

"Entonces no tiene nada que hacer aquí, no la conozco y en este momento prefiero esperar en mi celda a mi inminente juicio" Taka se levantó de su silla y empezó a ir en dirección a una de las puertas de la pequeña habitación, cuando ella optó por no perder más tiempo.

"Trabajo en el departamento de bienestar infantil y hay... Hay algo que debe saber señor Suwa." No podría tener menos tacto se dijo ella.

La curiosidad y confusión detuvieron a Taka de tocar la puerta.

"¿Le suena de algo el nombre Kuro?" ella decidió probar por ir lentamente, lo que estaba por contarle a Taka sería una revelación muy importante y no debía aturdirlo en el estado que se encontraba.

Por su parte Taka solo asintió en silencio, seguía parado frente a la puerta dándole la espalda a la chica.

"Es... el último hijo de mi padre, vive con él y su madre en Saitama" se asomaba dolor en su boca, algo que Ayaka notó instantáneamente.

"Por favor tome asiento, hay algo que necesita saber" Ayaka seguía insistiendo, el hombre frente a ella estaba a un pasó del abismo y estaba muy segura que ella le daría ese pequeño empujón que necesitaba para precipitarse al vacío.

Taka se negó a sentarse, ella suspiro derrotada y simplemente lo dejó salir.

"Hace dos días en las afueras de Saitama, tuvieron un accidente. El señor Suwa perdió la vida en el acto, el estado de su esposa es complicado y el menor viene recuperándose en un hospital de Saitama."

Los hombros de Taka se crisparon levemente, pero permaneció tranquilo y atento a las palabras de Ayaka.

"El señor Suwa y su esposa no tenían familia directa, por lo que el menor esta temporalmente al cuidado de una institución.

Taka empezaba a sentir nauseas nuevamente, no había comido nada desde lo ocurrido y no habría nada en su estomagó que causara su malestar.

"Actualmente usted es el único pariente directo que le queda al niño, es pariente en primer grado... Lo que le permitiría tomar custodia del menor, sin embargo, ahora..."

La mentira que trajo consigo la tragedia -The lie that brought tragedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora