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La primera semana de vacaciones fue bastante tranquilo durante el día, pues los chicos ayudaban a sus tíos en todo lo que podían, en la noche Dipper tenía pesadillas y nuevas heridas aparecían en su cuerpo, heridas que trataba y ocultaba a las personas de su alrededor.

8:00 A.M

Suavemente metía todo lo necesario para una pequeña excursión, sus ojos bailaron en la habitación para posarse en un diario azul, con rapidez tomo aquel libro para cerrar la mochila y bajar corriendo de su cuarto.

—¡Te vas a caer si corres!

El chico simplemente detuvo su carrera para acercarse a la cocina, ahí estaba Stan preparando "el gran desayuno."

no me voy a caer, estaré bien tío Stan.

—eso espero ¿Vas a tardar en el bosque? —volteando los hotcakes.

—probablemente venga hasta el almuerzo.

—¿Podrías desayunar con nosotros?

—pero tío, en verdad me siento sofocado estando aquí.

Stan no dijo nada, con suavidad camino a la alacena y saco unas cosas para dirigirse al castaño.

—desayuna eso entonces, no vengas tarde, a las 12:30 estaré sirviendo la comida y sino estás aquí comerás solo.

—sí, estaré aquí antes de la hora tío, así que tranquilo. —tomando la bolsa al dedicarle una pequeña sonrisa y seguir con su carrera al bosque.

La entrada al bosque no se hizo esperar mientras el chico caminaba lograba ver algunas criaturas que ya conocía que a su vez se mezclaba con nuevas especies, el bosque era mágico y a los ojos de Dipper estas lucían aún magníficas, tal vez por el simple hecho de que en toda su vida ha querido hacer grandes hallazgos. Sin darse cuenta se metía más y más a lo profundo de bosque, con sus manos evitaba ser golpeado por algunas ramas de los árboles, sus pensamientos quedaron atrás cuando llegó a un lugar que no había explorado y se alarmó ciertamente dado a que no había criaturas, sólo estaba el sonido del aire presente, de pronto un escalofrío recorre su cuerpo por lo que instintivamente comenzó a mirar hacía todos lados, buscando lo que sea que le había provocado tal reacción, su mirada se detuvo al no encontrar nada, su cuerpo se relajo ante eso y sin pensarlo dejo salir un suspiro de alivio.

—por Dios Dipper, deberías de dejar esa paranoia. —secando la fina capa de sudor que se encontraba en su frente.

Como si fuera por arte de magia su mirada se detuvo en una peculiar roca mohosa del lugar, con tranquilidad y firmeza se acercó hasta quedar enfrente de aquel objeto que había llamado su atención, ¿Sorpresa? No, él no demostraba sentimiento alguno en aquel momento, extrañamente esperaba en el fondo de su ser encontrarse con él, el suave sonido del viento era nuevamente lo que prevalecía en aquel momento.

well, well, well, pero mira a quien tenemos aquí. —una suave sonrisa surco por sus labios al recordar perfectamente aquella palabra de Bill en su Weirdmageddon. —no es nada más que Bill Cipher, el dorito Iluminati con complejo de Dios.

Su mirada chocolate no se apartaba de la estatua, el viento movía suavemente las hojas de los árboles mientras el chico se quitaba el recuerdo que Wendy le había dado para dejarlo encima del sombrero de copa característico de Bill y así acostarse a lado de la estatua.

—un demonio muy poderoso ¿en verdad lo eras? Eso suena como una mentira. —mirando como las nubes volaban lentamente en el inmenso cielo. —loco sí eras pero poderoso... realmente no sabría que pensar, sin embargo, no creo que seas realmente malo; si eras tan malo y poderoso entonces ¿Por qué ganamos? No tiene sentido y a decir verdad, creo que mi única respuesta es que realmente no querías hacer aquello. —dejando escapar una suave risa. —creo que ahora el loco soy yo.

Error. [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora