20 de octubre

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Había despertado de su siesta apenas dos segundos antes de que su amigo irrumpiera en la habitación, su cabello desordenado y dejando ver toda su cavidad bucal al bostezar despreocupado mientras caminaba hacia él. 

''Creí que me despertarías.'' preguntó el castaño mirando los orbes azules del contrario, los cuales se encontraban vidriosos. 

''Perdón payno, me quedé dormido también... Ah y creo que tienes algo de mi baba en tu brazo.'' admitió al ritmo que señalaba el mismo. Liam frunció el ceño y acto seguido negó con su cabeza, aquellas actitudes no eran novedad viniendo de su amigo Louis, pero no significaba que dejaran de parecerle algo grotescas. ''Bajé a tomar agua, creo que no está tu mamá.''

''¿Qué hora es?'' cuestionó todavía algo adormilado palmeando suavemente el colchón y las sábanas en busca de su teléfono celular. 

''Las cinco.'' 

''¿Qué? ¿Tanto dormí? Mierda... A esta hora se va mi mamá a trabajar, creo que tendremos que llamar a una pizzería o algo.'' 

''Por mi no hay problema,'' habló rápidamente mientras se acostaba en la cama, claro, no sin antes tomar su celular de la mesa de noche y desbloquearlo. Tomó una almohada del lado de Liam y la colocó bajo su cabeza de manera que estuviera algo inclinado hacia adelante. ''mientras no tenga piña.'' Liam rodó los ojos al mismo tiempo que esbozaba una sonrisa, Louis realmente era un caso especial. 

El amigo -casi hermano- de Liam, se estaría quedando en su casa por unos días, se había peleado con sus hermanas y, aunque Liam desconocía las razones de Louis para querer aislarse, lo acogió sin problemas y sin exigir explicaciones, ya que no era la primera vez que sucedía. Tanto Liam como su madre lo recibían con los brazos abiertos, a él y toda su familia. El castaño sabía que no era nada grave el motivo por el cual había salido de su casa, simplemente era el ojiazul que a veces prefería evadir sus problemas y, como orgulloso que era, por más pequeño que fuese el conflicto, evitaba el contacto para ser quien pidiese disculpas, lo cual no estaba bien en ocasiones y, obviamente, Liam había intentado hacérselo saber, pero claro, no entendía razones.

''Voy a llamar, ¿Mitad pepperoni y mexicana está bien?'' se arrastró por la cama y se puso de pie a duras penas pasando una mano por su cabello despeinado antes de dirigirse a la puerta ''¿Louis?'' le llamó, estaba bastante atento a lo que sea que estuviese viendo en su celular. 

''Ah, si.'' 

''¿Qué tanto haces?'' preguntó. Liam no era mucho de meterse donde no le llamaban, pero Louis era su amigo y vamos, quería saber qué lo tenía tan distraído. O quién. 

''Estaba revisando mis mensajes...'' habló casi en un susurro como si tratase de dejar el tema en el aire, cosa que era muy extraña en el ojiazul, normalmente era muy energético y respondía todo con lujo de detalle sin pedir explicaciones. ''¿Por?'' esta vez, elevando la vista para encarar a Liam en un intento de demostrar que no ocultaba nada, o eso creía Liam, pues, a diferencia de sus usuales miradas llenas de brillo, estaba decaído y sus cejas no se elevaban como era costumbre. 

''Por nada... ¿Es un mensaje de alguien en específico lo que estás esperando?'' 

''¿De quién podría ser?'' rió. 

''Ugh, olvídalo.'' 




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