el debate

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Satán el gran rey demonio va a tener dos hijos con una humana llamada Yuri Engi la cual es exorcista y esas es toda la información que tenemos señor Miguel, estas fueron las palabras que dijo un ángel en la hermosa y elegante sala de juntas en la que muchos más seres celestiales se encontraban.

-Entonces hay que ver si sus hijos van a heredar la llama de Satán o no, pero no podemos dejar a esos niños sin un Ángel de la guarda, ya que es muy poco probable que los dos hereden la llama de Satán- dijo con los ojos cerrados uno de los presentes.

-Entonces ¿les debemos asignar un Ángel de la guarda a los dos?- pregunto otro de esos angelicales seres con duda.

-No, sólo le asignaremos un Ángel de la guarda a solo uno de los hermanos Okumura- dijo serio y estoico el que parecía ser el líder en esa habitación él era el ángel más alto con el cabello castaño cobrizo y sus alas tenían un pequeño toque de dorado y plateado que las hacían parecer de un metal precioso.

-Pero señor, ¿Cómo vamos a asignar al ángel de la guarda? y ¿Por qué solo a uno de los hermanos Okumura?- pregunto serio uno de los presentes.

-Simple es más probable que solo uno de los Okumura herede la llama de Satan y por ende no podemos arriesgarnos a que el heredero del Reino de Satán tenga un Ángel de la guarda que le proteja- dijo con simpleza, pero muy dentro de si había un motivo mucho más importante al respecto.

-Pero no sabemos quién de los dos Okumura será el heredero- dijo con preocupación clara en su mirada uno de sus allegados.

-En ese caso hay que dejar que el Ángel de la guarda escoja- dijo uno de los más cercanos al líder.

-Pero ¿Quién tendrá semejante labor? - pregunto con inquietud otro de los miembros de esa sala.

-pues eso hay que decidirlo pronto- dijo con seriedad el líder de la habitación.

-si señor Miguel- dijeron todos los presentes como si fueran soldados.

Mientras que el arcángel Miguel y sus ángeles de más alto rango decidían quien tendría esa importante misión en otra parte del cielo se encontraba una Ángel de la guarda platicando con una Ángel mensajera.

-Ay Elizabeth ya perdiste otro ahijado- dijo con un suspiro una joven chica de cabello gris y ojos lavanda a su compañera.

-Si Sandra, pero no fue mi culpa que mi ahijado quisiera ser doble de riesgo, esta última vez ya no lo pude salvar- dijo desesperada una joven chica de cabello dorado y ojos color miel, era una pobre desdichada que no tenía mucha suerte.

-Ay Elizabeth te va a regañar el señor Miguel, es el décimo ahijado que se te muere antes de tiempo- dijo negando con la cabeza la joven Sandra.

-No es mi culpa Sandra yo no manejo el destino, además intervine todo lo que pude para proteger a cada uno de mis ahijados además todos escogían profesiones muy peligrosas- dijo llorando lágrimas de sangre por nunca poder cumplir correctamente su labor.

-está bien Elizabeth y a hora ¿Qué vas a hacer? - le cuestiono como siempre esta rutina solía repetirse cada 19 o 40 años a lo mucho.

-Voy a ir a la oficina del señor Miguel y le voy a pedir que me asigne otro ahijado- dijo determinada la chica como siempre sucedía cuando terminaba mal un trabajo.

-¿Crees que te asigne otro?- le cuestiono con una ceja alzada, los arcángeles no eran malos pero si muy estrictos cuando cumplir una tarea encomendada se trataba, en especial si tenían que ver con los mortales.

-Si estoy segura que me va a asignar otro ahijado, bueno ya me voy a ver al señor Miguel- dijo llena de determinación a pedir una nueva oportunidad.

Entonces aquella Ángel de la guarda de nombre Elizabeth fue a la oficina de su jefe para pedir que le asignen un nuevo ahijado, la determinación y el deseo de que pudiera por lo menos una vez llevar hasta el final un trabajo la mantenía en pie sin rendirse, mientras tanto en la sala donde se estaba llevando a cabo la junta del arcángel Miguel.

Ángel de la guardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora