⋄Trampas

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Una pequeña muestra de sangre que después alteraría a mi conveniencia era todo lo que necesitaba para inventarle una enfermedad contagiosa a Sasuke pero eso implicaba un riesgo mayor al ponerlo vulnerable frente a los señores feudales.

Pensé en cada una de las desventajas, en los peligros que esto podía desencadenar; sin embargo, quería creer en mí y en mi brillante mente para idear un buen plan que lo librara de una ejecución.

Sasuke fue condenado a cadena perpetua por los crímenes que cometió, o al menos así lo hicieron creer. Kakashi sensei y yo teníamos la sospecha de que toda esa falacia de su detención era por el miedo de que el poder ocular de Sasuke pudiese poner en riesgo el bienestar de los poderosos y cualquier movimiento en falso podría ser fatal. Estábamos más que convencidos que harían todo lo posible por eliminar su existencia.

Pero yo no podía permitir que eso sucediera y estaba dispuesta a intentarlo todo para conseguir que Sasuke caminara libre por el mundo.

Eché un vistazo rápido al vigilante, él definitivamente no estaba mirando y se distanció lo suficiente para ser incapaz de oír mi voz en un susurro. Miré a Sasuke, cuando tomé su brazo con cuidado y pude percatarme de la delgadez de su extremidad, estaba mal alimentado y eso definitivamente le traería serios problemas si las cosas continuaban de esa forma.

—Voy a tomar una muestra de sangre para analizarla —cambié el volumen de mi voz para que sólo él pudiera escucharme—. Presta atención, sé que esto es mucho pedir dada tu condición pero necesito que finjas que estás enfermo, di que te duele la cabeza y las articulaciones.

Sasuke me mostró un ligero movimiento de cabeza indicándome que estaba de acuerdo. Volví a mirar hacia el vigilante y tragué saliva para calmar mis nervios. No era el lugar más salubre para tomar una muestra de sangre pero la necesitaba para llevar a cabo mi plan; ya después le explicaría todo a Kakashi sensei.

—Por favor, cierra tu puño.

Con mis dedos palpé su brazo y cuando localicé la vena, hice el torniquete. Desinfecté la zona y pinché para extraer la sangre y vaciarla en un tubo. No necesitaba demasiada, pero aunque iba a mentir respecto a un virus contagioso, quería estar enterada sobre sus defensas y el resto de aspectos.

Una vez que terminé de tomar la muestra, guardé el tubo y deshice el torniquete. Luego puse un algodón con antiséptico en el sitio donde pinché y le pedí a Sasuke que mantuviera su brazo flexionado.

—Voy a darte una pastilla para controlar el vómito. 

Fingí buscar la medicina dentro del botiquín, simplemente tomé una botella con agua y la abrí. Esperé al menos unos segundos más antes de pedirle a Sasuke que abriera su boca, fue entonces que hice parecer que estaba dándole el medicamento, luego de eso puse la botella sobre sus labios y él bebió el agua. 

Mis ojos seguían recorriendo la celda, pronto noté un sonido muy peculiar y aunque la escasa luz no me permitía observar claramente el espacio, podía deducir que se trataba de una gota que al caer hacía eco.

Busqué por todos lados, mi mano rozaba la pared tratando de encontrar el origen de aquel ruido. No era constante, pero sentí en mi antebrazo la humedad y el choque frío de la sustancia. Alcé mi mirada y vi una especie de tubo asomándose por la parte alta de la pared, casi tocando el techo. Fui directo hacia mi maletín para obtener una diminuta linterna y revisar para salir de dudas, el vigilante rápidamente reaccionó a mi movimiento.

—¿Qué está haciendo? 

—Quiero verificar algo —respondí.

Al momento que iluminé la zona pude ver de lo que se trataba. Me irrité tanto cuando lo descubrí que sentí que perdería la calma.

Hito de EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora