⋄Venganza

3.6K 415 114
                                    

«—¿Alguien recuerda con exactitud lo que dice el código ninja número treinta y ocho? Vamos niños, lo vimos hace tres días.

—¡Yo lo sé, Iruka-sensei!

—Sakura, por favor díselo a tus compañeros.

—El código ninja, capítulo I, artículo número treinta y ocho dice:  Todo shinobi aceptará dignamente y con satisfacción las obligaciones que les imponga su servicio, prestando siempre su ayuda moral y material a sus superiores e inferiores, así como el cumplimiento de la protección de los ciudadanos del país del Fuego y su Señor Feudal.

—Muy bien, Sakura. Has estudiado bastante, si continúas así serás una excelente kunoichi.»

Mis manos sostenían con firmeza el frasco que contenía el veneno y sin quererlo, estaba pensando en esos malditos códigos de disciplina. Pero no iba a dar marcha atrás, no estaba dispuesta a retractarme de mi venganza.

Sai nos ayudó a Ino y a mí a adentrarnos a la Torre Ceniza donde se estaban reuniendo los siete señores feudales. Evidentemente la seguridad era extrema, sin embargo, nosotros les llevábamos ventaja en cuanto a entrenamiento y técnicas de infiltración. 

—Esperaré afuera, cualquier cosa puedes comunicármelo, Ino —ella movió su cabeza—. Tengan cuidado y Sakura... Buena suerte.

Nos arrastramos por los pasillos de ventilación en busca de la cocina, no poseíamos un mapa que pudiera darnos la rapidez necesaria para llegar hasta nuestro objetivo pero sabía que tendría el tiempo suficiente para lograrlo.

Me detuve y miré hacia mi lado derecho.

—¿Hueles eso? Creo que viene de aquel lado —indiqué. Ino comenzó a olfatear.

—Es verdad, debe ser por allá.

Continuamos deslizándonos por todo el trayecto, en cierto punto del recorrido nos asomamos por una de las rejillas del techo.

—Es aquí —dije.

—Hay demasiada gente ¿cómo haremos para entrar sin que se den cuenta?

—Podríamos ponerlos bajo un genjutsu pero eso los dejaría paralizados, no recobrarían la conciencia a tiempo sin ser notados por los vigilantes. La cocina se quedaría sospechosamente silenciosa y rápidamente los pondría alerta. 

Observé con cuidado el área y encontré una rejilla que daba al otro extremo de la cocina, si bajaba por ese lugar nadie me vería pues había una pared interponiéndose. 

Los pasillos de ventilación eran como un laberinto, tuve que imaginar el camino para llegar hacia el punto donde deseaba bajar.

—Escucha Ino, vamos a buscar la ventanilla que nos lleva hasta ese extremo de la cocina —señalé—. Una vez que lo hallemos bajaremos cuidadosamente. Entonces usarás tu técnica de Cambio de cuerpo y mente, la persona con quien harás este cambio será con la mujer robusta que tiene el mandil rojo.

Ino miró hacia ella y estuvo silenciosa por unos cuantos segundos hasta que pareció captar mi idea.

—De acuerdo, ella es la cocinera principal —dijo—. Una vez que esté en su cuerpo, discretamente me acercaré a ti y me darás el frasco ¿no?

—Así es.

—Sakura, tengo una duda... Si el plan funciona y logramos envenenar a los feudales, ¿qué pasará con estas personas? ¿No serán juzgadas? Quiero decir, no habrá más culpables que ellos.

—Dije que podrían rodar cabezas, lamentablemente esto es así.

Quise avanzar pero Ino me detuvo con su mano en mi tobillo.

Hito de EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora