Cuando me di cuenta, mis mejillas ya estaban mojadas y Kakashi sensei me había sujetado con fuerza para evitar que me desplomara.
—Sasuke —musité y aferré mi mano a la manga de Kakashi sensei—... ¿Por qué? ¿Qué es lo que tiene? ¡¿Por qué no despierta?!
—Tranquilízate Sakura, escúchame bien; el reporte que recibí ha sido gracias a uno de los cazadores ANBU, tuve que infiltrar a alguien para que me mantuviera al tanto de Sasuke; no hay un reporte oficial de la prisión, pero solicitaré el permiso del Señor Feudal para que te deje ir a visitarlo.
Mis labios estaban temblando al igual que mis piernas, Kakashi sensei había mantenido un espía para cuidar de Sasuke ¿le había dicho del veneno o no lo sabía?
Me incorporé firmemente y respiré profundo, tenía que calmarme y no entrar en pánico. Pensé que quizás Sasuke estaría bien y sólo tenía que ir a revisarlo.
Vi a Kakashi sensei tomar el teléfono pero su acción se vio interrumpida cuando tocaron y abrieron la puerta con desesperación, los dos miramos hacia ésta y allí estaba de pie un hombre de la división que protectora del Señor Feudal.
—Sexto Hokage, lamento entrar así tan repentinamente pero esto es un asunto importante.
Kakashi sensei colgó el teléfono.
—Estaba a punto de llamarlos, necesito una reunión con el daimio.
—El Señor no podrá atenderlo, se encuentra delicado de salud.
Mi oído vibró, recordé la noche anterior y allí supe que el veneno estaba funcionando.
—¿Qué cosa? ¿Es muy grave? —Preguntó Kakashi sensei.
—Ha estado mal desde hace unas horas, se siente terrible y el médico familiar no ha podido determinar lo que tiene, incluso los medicamentos no le hacen efecto. Necesitamos el apoyo de un buen médico ninja, he venido aquí por órdenes del daimio.
No dije nada, sabía que Kakashi sensei me estaba mirando. Le devolví la mirada cuando sentí la presión y casi pude escuchar lo que pensaba: "Aprovecha la oportunidad para persuadirlo y tener el permiso de ver a Sasuke".
—Sakura, te asigno la tarea de atender al Señor Feudal.
Mi preocupación en ese momento era Sasuke, no quería dejar pasar mucho tiempo por temor a que las cosas con él se complicaran; ni siquiera sabía el porqué no despertaba. Ir con el daimio me llevaría quizás más de una hora y tomando en cuenta el camino a la prisión, ya habrían pasado más de seis horas. Eso si conseguía el dichoso permiso.
Pero no podía negarme, era también una gran oportunidad. Yo tenía el antídoto, el problema era ¿cómo hacer para que no se dieran cuenta? Llegar y curarlo me dejaría en evidencia, no podía ser tan obvia.
—¿Sakura?
Reaccioné, estaba perdida en mis pensamientos y eso no era bueno pues debía concentrarme; el momento que tanto esperé estaba presentándose y sólo tenía que seguir al pie de la letra todo lo que con esfuerzo y lágrimas planeé.
Acompañé al shinobi hasta el lugar donde el daimio de nuestro país estaba, él me especificaba detalles acerca de su malestar. El señor feudal volvió a Konoha después de la cena en la Torre Ceniza, habría llegado a esta aldea en la madrugada y sus síntomas comenzaron aproximadamente a las ocho de la mañana.
Si ya era después de medio día, el resto de los feudales tendría que estar del mismo modo. La cantidad de veneno que utilicé era mortal si pasaban más de 60 horas después del consumo. Quizás el tiempo preciso que también le habían dado a Sasuke antes de matarlo.
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Hito de Esperanza
Mystery / ThrillerLa Cuarta Guerra Mundial Shinobi terminó, el mundo recuperó la paz y las personas comenzaron a reconstruir sus vidas. Pero la libertad y la felicidad son privilegios que Sasuke no posee. Condenado a vivir en prisión sin la posibilidad de redención...