Capítulo VII

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Llegaron a paso calmado al parque para dirigirse a una parte en especial de este: donde se hallaba la arena Beyblade.

La chica se separó del peliceleste para acercarse a ese sitio como si fuese una pequeña niña emocionada. Se agachó a tocar el fondo el ring y este estaba liso. Sin duda lo habían utilizado hace poco tiempo. Volteó su mirada a su amigo con una sonrisa al tiempo en que él se aproximaba a allí y se apoyaba en uno de los pilares que sostenían un techo, con una muy diminuta sonrisa.

[...]

Toda la tarde, ella se la pasó divirtiendo y arrojando su Beyblade a la arena de batalla, sintiéndose una profesional, mientras que su amigo no dejaba de verla con una sonrisa de costado y su mirada enamorada que ella no notaba, con suerte para él.

_____ intentaba cualquier tipo de lanzamiento, varios que había visto en televisión para encontrar el correcto para ella. O elegía el clásico, u otro lanzamiento, o seguía buscando. Lui le había recomendado el que era mejor y ese tenía que ver con todos los fundamentos juntos, pero ella quería probar otros.

—Me mareas. Elige uno para que batallemos— dijo sacando su Beyblade y enseñándoselo con mucho orgullo.

Primero, la chica lo vió confusa, pero después dibujó una sonrisa en sus rostro y aceptó la propuesta de Lui.

—No tendré piedad contigo.

—Tampoco esperaba a que me la dieras— le contestó manteniendo la curva de sus labios confiada y orgullosa de sí misma.

—¿Lista?— preguntó al tiempo el que ambos tomaban posiciones para sus lanzamientos, ella el normal y él giraba un poco su torso.

—¡Duelo!— exclamó ella.

—¡3... 2... 1...! ¡Let it... rip!— dijieron al unisono.

Ambos Beyblades fueron lanzados con perfección a la arena, como grandes profesionales. Giraban y topaban en un punto ya que los dos Beys giraban en diferentes sentidos. Mientras que el muchacho estaba de brazos cruzados esperando algún movimiento de parte de la chica, esta tenía sus puños apretados a la vez en que veía fijamente cada acción y reacción. Debía encontrar el momento indicado.

A Lui comenzaba a aburrirle. Tenía que acabar con eso, pero tampoco quería ganar sin que antes le hubiesen brindado una batalla merecedora de su admiración. Algo gacho, la miró. Sabía que tarde o temprano utilizaría algún movimiento sorpresa en su contra, pero él estaba preparado.

Aún nada. Ya había pasado valiosos segundos en los que Behemoth hubiera atacado con gran libertad, quizás dándole la victoria o no. Y, finalmente, algo proveniente de la chica se hizo presente: una sonrisa de costado.

—¡Ataca con Claw Attack!— le ordenó la castaña.

Beat Behemoth lo hizo a la orden. Comenzó a golpearse brutalmente contra el borde adquiriendo fuerza. Y así siguió unos tres golpes más para ir con todo contra Luinor, el cual esperaba el golpe con los brazos abiertos. Como si nada, lo esquivó haciendo que la fuerza se perdiera de inmediato, dandole la ventaja de sacarla de la arena.

No perdido tiempo y lo hizo en menos de un parpadeo. _____ alzó su mirada con el ceño fruncido en dirección al chico. El peliceleste la conocía, estaba así por la pequeña rivalidad que siempre se formaba cuando batallaban y sonrió de lado con malicia, como lo hace con cualquiera de sus oponentes.

—¿Lista o te retiras tan pronto?

Ella negó con una sonrisa confiada —No importa esta pequeñísima ventaja, te venceré— extendió uno de sus brazos a la vez en que lo señalaba de costado.

No sabía el por qué quería ganar, a veces lo anhelaba otras no. Era extraña en eso. Pero así la quería él. Y más la adoraba cuando se parecía un poco más a él en sus enfrentamientos.

Tomaron sus Beys y posiciones.

—¡3... 2... 1...! ¡Let it... rip!— y volvieron a lanzar.

Uno que otro muchacho se aproximaba a ver qué sucedía. Era impresionante ver a Lui Shirosagi batallando contra alguien en una arena que no era oficial, ya que era bastante estricto en eso.

Primera vez en todo su enfrentamiento, sus Beyblades impactaron en el centro con fuerza haciendo que retrocedieran de un salto hacia atrás. Ella decía no ver el progreso que adquiría de a poco su entrenamiento, pero era muy buena algo que todos notaron en esos momentos, algo que admiraron de inmediato.

—¡Beast Bite! ¡Ahora Behemoth!— exclamó la chica.

El Beyblade del muchacho fue golpeado con fuerza para salir disparado hacia los aires, provocando que una sonrisa se dibujara en su cara. Había sido mala idea utilizar ese movimiento, ahora él se lo devolvería.

—¡Bloody Squall!— exclamó esta vez Lui.

Luinor cayó nuevamente en la arena para ir con todo contra su oponente dando un final explosivo. La chica suspiró pesadamente a la vez en que caía de rodillas a tomar los pedazos de su Beyblade así poder armarlo con una pequeña sonrisa triste.

Los espectadores se amontonaron para poder estar más cerca del gran blader, el cual caminaba en dirección a la chica con sus brazos cruzados y su mirada rebajante.

—Eres una inútil— dijo para no arruinar su imagen.

Ella sabía que era mentira y que era una pequeña actuación de él cuando estaban en público. Pero de todos modos, le dolió como nunca. ¿Por qué se sentía así? Las veces anteriores no porque solamente había visto a Lui Shirosagi como un amigo, pero ya ni sabía que llegaba a ser para ella. Amigo era pero, ¿Ella lo veía así?

Cerró sus ojos aguantando las lágrimas y los sollozos.

Y él lo notaba.

UN SIMPLE ABRAZO |Lui Shirosagi y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora