Capítulo 8

39 9 0
                                    


Capítulo ocho.

~Leo

En la casa, a las 7:00pm, solo se encontraba habitada por Leo, mis padres y yo. Leo se quedará una semana debido a que la tiene libre y sus padres tienen un viaje de negocios. El hecho de que él tenga la misma edad no es un impedimento para que nos llevemos de lo mejor. Me encuentro junto a el mientras ordenamos su ropa en la habitación de huéspedes:

—Mañana tengo que hacer una sección de fotos de una boda, me acompañaras ¿Cierto?

—Bueno, pues sí. Además, mañana es lunes ¿Quién rayos celebra una boda un lunes? — la exasperación en su voz era palpable.

—Es día feriado — le dije, haciéndole entender lo estúpida que fue su pregunta.

—¿Y? Aún sigue siendo lunes, Robin.

—Pero no hay trabajo, bueno, yo si tengo. Pero ese no es el punto — dije, dirigiendo una mala mirada hacia él.

—Las muecas en las caras debido a los constantes fruncimientos de la piel, ocasionan que, dentro de poco tiempo, aun estando joven, tu piel se debilite y pierda su forma actual, dándole paso a las arrugas. Como buena persona que soy, te recomendaría que... — comienza a decir. Me acerco a la puerta y tomo la cerradura para luego girarla — dejes de arrugar la cara para que luego no tengas cara de vieja a una edad tan joden...

El portazo resonó en la casa justo en el momento en que cerré la puerta con fuerza. El hecho de que Leo tenga la necesidad de aportar tanta baba hacia un tema me exaspera. Llevo mis dedos mayor e índice a mis sienes tratando de aliviar el dolor que se ha acentuado en esa parte.

*

Tomo mis jeans y mi camiseta del trabajo combinándola con unos tenis. He llamado a Max esta mañana para que me diga todos los datos:

La boda es en una playa, inicia a las tres, las fotos deben ser de las mejores ya que serán dibujadas después. La chica de la boda quiere las fotografías originales, con efectos naturales y, además, con ciertas cosas que aún no se hacer.

Bajo las escaleras con mi cámara en mano, lo demás tengo que pasar a buscarlo al trabajo, en donde nos reuniremos con Max para irnos. Leo está sentado en el desayunador junto a mis padres, mientras desayunan:

—Ya bajé — saludo — Y ya me voy.

—Hasta luego. — dice mi padre mientras me pasa una pera.

Leo se pone de pie y se despide de mis padres con la mano, yo les regalo un beso a cada uno.

—Leo, tenemos que caminar rápido. Es tarde — lo tomo de la mano y caminamos hacia la parada.

Justo en el momento en que Max salía del local, Leo y yo acabábamos de llegar, agotados por tanto correr. Max alzo sus manos dramáticamente al cielo, dando a notar que nos estaba esperando. Llevaba un traje blanco, detrás de él salió Erixander con una camisa blanca, pantalón blanco, zapatos blancos y un chaleco color beige. Se veía bastante bien, a decir verdad.

—Robin, es hora de irnos. Ve por las cosas que faltan. — habló Max.

Hale de Leo hacia el local mientras pasaba por el lado de Erixander. Cuando llegamos a mi puesto de trabajo, tomamos lo necesario lo más rápido posible para luego salir y montarnos en la parte trasera del auto de Max. Max iba de piloto y Erixander de copiloto.

*

Al llegar quede impresionada al ver la decoración. Las sillas de madera pintada de blanco estaban adornadas por flores beige. Las sillas estaban divididas de 5 filas cada una, por una alfombra larga de color beige. Al final, donde se encontraba el oficiante de matrimonio había un arco de flores color beige, rosa y blancas. El lugar estaba rodeado por astas de las cuales colgaban bombillas de un lado hacia otro. Más alejado, en un espacio techado, se encontraban mesas de color blanco decoradas con colores beige, rosa, blanco y negro. Había ramos de flores, había linternas de papel voladoras aun sin encender colocadas ágilmente sobre las cuerdas que pasaban de palmera en palmera. Todo estaba precioso.

Bajo el mismo Cielo⨇ (BEMC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora