Capitulo quince
~Es su novio, señor Evenson
Muchas veces llegamos a experimentar ciertas sensaciones de que ya hemos pasado/vivido algún momento, vemos como las cosas pasan idénticas a como ya lo habías (según tú) visto, esa sensación de deja vú. En este momento me sentía así, sentía que ya había pasado por esto, subir al auto, llegar a casa de Erixander, él diciéndome que baje a la planta inferior mientras él cambiaba a su adorada hija, él llegando con An en brazos luego de cambiarla, él preparando algo para merendar, él incitándome a comer, él, él, él.
Erixander se había tomado la molestia de preparar algo para comer, de buscar una pastilla para mí, de brindarme su baño para que tome una ducha caliente, de consentirme con tal de que mejorara.
Me adentré al baño con un cambio de ropa que me había facilitado Erixander, colocándola sobre el tocador y quitando la que ya tenia puesta. Me adentre a la ducha luego de encender la lluvia artificial tibia.
Los minutos se me pasaron volando, y al salir de la ducha caí en cuenta que no había sacado la comprensa de mi bolso. Maldiciendo en voz baja, me acerqué a la puerta y la abrí, solo un poco.
—Erixander — le llamé, rogando porque me escuchara.
Justo en ese momento apareció An corriendo por el pasillo que dirigía hacia su habitación con su padre intentando alcanzarla.
—¿Sí?
—Necesito que traigas mi bolso, por f...
—Tercer cajón a la izquierda. — dijo para después alejarse, perdiéndose rápidamente en una habitación.
Aun confundida, cierro por completo la puerta y me dedico a abrir el cajón, me sorprendo al encontrar lo que necesitaba. Luego de cambiarme, llevo la ropa al cuarto de An para luego bajar a la sala. Al no encontrar al hombre dueño de la casa decido acercarme a la puerta de su oficina, dando unos suaves golpes a la madera y entrando al recibir una autorización.
La pequeña niña se encuentra sentada dentro de un corral mientras Erixander se dedica a plasmas algo en un lienzo bastante grande. Lo veo señalar un sillón en una esquina, indicando que tome asiento, cosa que hago. Gira en dirección a mi para luego dejar lo que estaba haciendo y acercarse una pequeña mesa de la cual toma una taza y me la tiende.
—Toma, te hará bien. Es té de manzanilla, ten cuidado, aun está caliente. — dice mientras coloca la taza en mis manos. — Espero que esto y la ropa te hagan mantenerte alejada de sentir frío. — continua, haciendo referencia a los joggers negros y al abrigo color rosa pastel que me había dado.
—Eh, gracias. — dije, tomando un sorbo del té para luego dedicarle una sonrisa. — Está muy bueno, lamento las molestias.
—No son molestias, para mi es un gusto cuidar de ti.
***
Había pasado un mes y no había visto a Erixander luego de haber cuidado de mí. Habíamos intercambiado pocos mensajes, y An era traída y llevada por Max a casa del padre de la niña. No me había atrevido a preguntarle a Erixander que pasaba, por lo que traté de ocupar mi mente en otras cosas y llenar el vacío en el tiempo que formaba el no poder hablar o salir con el hijo de mi jefe.
Todos teníamos la semana apretada, cada uno tenia mas de dos proyectos que realizar en la semana. La semana casi me alcanzaba para dormir, se acercaba el final de cuatrimestre y con él los trabajos finales.
Era lunes y tenia cita pautada para luego de mi salida de clases. Decidí tomar el bus luego de despedirme de los chicos, llegando a mi encuentro a las cinco menos diez al trabajo. había mucho movimiento por parte del personal y eso hacia que agilizara para tomar mi equipo y dirigirme a las vías del antiguo tren con dos chicos del personal. Al salir a la calle divisé a una señora mayor que me sonreí con cariño, devolviéndole la sonrisa me acerqué a ella.
—Hola, señora Ross. ¿Lista para comenzar? — pregunté, luego de darle un beso en la mejilla.
—Hola, corazón. Claro, ansiosa.
—Me alegro, es hora de partir. No queremos que el sol se oculte.
***
Al llegar a las, ya no usadas, vías del tren la señora Ross quedó sorprendida, al igual que su hija y el esposo de ésta.
Era un lugar que desbordaba color verde. El lugar había sido cubierto por lianas que se amoldaban en forma de arco sobre los rieles del tren, dando el aspecto de un túnel verde. Era simplemente hermoso.
—Es hora de comenzar a plasmar el recuerdo de tu embarazo, preciosa. — dije, dirigiéndome a la hija de la señora Ross, Yeimy.
Yeimy tenia ocho meses, casi nueve, de embarazo y había acudido a uno de los locales de Max para guardar dicho recuerdo.
La sección tomó mas tiempo de lo esperado por los cambios de vestuarios y por la delicadeza de plasmar dicho momento. Al haber terminado nos dirigimos nuevamente al local para comenzar con el proceso de selección y edición. Eran pasadas las nueve de la noche cuando Cara da aviso de que mis padres han pasado a buscarme y se encuentran en la sala de charla.
Decidida por terminar el trabajo paso todo a un pendrive y apago el monitor, tomando mis cosas me dirijo fuera. Visualizo a mis padres charlando con alguien el cual me da la espalda.
—¡Ya estoy lista! —aviso, llamando la atención, incluso de la persona que me daba la espalda — Xander, ya era hora ¿Qué te trae por aquí?
Luego de saludarle con un abrazo, observo como mi padre me observa con el ceño levemente fruncido.
—¿Le conoces? — pregunta mi padre.
—Si,... pues es...
—Es su novio, señor Evenson. Se lo digo yo porque ella no se lo dirá — dice Cara, acercándose con sus pertenencias en mano. — Feliz resto de la noche. Hasta mañana Robin, Erixander ven a visitar a Max mas seguido y no vuelvas a desaparecer por tanto tiempo.
—Hasta luego Cara, no volveré a desaparecer. — se despide tiendo un poco.
Todos observamos a Cara salir, a excepción de mi padre el cual mira fijamente a Erixander.
—¿Por qué le miras así? — pregunté.
—Es que... — dice, se detiene para pensarlo. — Tremenda cara que te cargas, pero tus gustos son de lo peor.
—...— le observo con cara de ofendida mientras lo escucho reír al conjunto de Erixander — Mamá tampoco se carga buenos gustos, no creo que lo feo que tengo venga de parte de ella.
—Hey, hey — interviene mamá — Me enamore de sus sentimientos, porque sinceramente, su físico no ayudaba en nada.
Es mi turno de reír acompañada de mamá y Erixander. No me hacia dado cuenta de que su brazo estaba sobre mis hombros hasta que siento como soy acercada hacia él. las risas menguaron y el rostro de papá tomó seriedad.
—Pues... ¿Están saliendo? — pregunta.
—Si.
¿Qué?
***
«Feliz día del amor (propio) y la amistad (verdadera)» ❤
↠Lugar de la sección de foto en multimedia.
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Bajo el mismo Cielo⨇ (BEMC)
Novela JuvenilRegálame un baile, una sonrisa y mirada que solo puedes regalarme a mí. Que bien sabes que solo me las das a mí. Esta obra es completamente mía. TODOS los derechos reservados.