Capítulo 14

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Capítulo catorce 

~¿Admitir qué? 

Tal vez si esas hubiesen sido sus palabras me hubiese sentido un poco mejor después de haberlo ignorado. Dirían que soy masoquista, pero me hacía falta que me hiciera sentir mal por yo haberlo ignorado durante todo este tiempo y no haberle ayudado cuando el amor de su vida, su hija, había empeorado a tal grado de hospitalizarla. Deseaba que un "Tampoco es como si te lo hubiese preguntado" saliera de su boca en vez de sus cálidas palabras luego de haberle dicho que no quería irme:

—Estaré en mi habitación, junto a la de An. Cuando quieras irte me avisas para atender a Anyara. — dijo, dándome a entender que, aunque estuviera molesto, me seguiría tratando bien.

***

Ya eran pasadas las siete de la noche, le había llamado a mi madre para pedirle perdón por hablarle mal y avisarle que estaba visitando a la nieta de Max que había sido hospitalizada. Luego de algunas palabras sobre la razón de mi actitud, me despedí de ella con un "te amo".

Erixander se encontraba durmiendo desde que decidió subir a su habitación. Yo me había pasado la tarde entera con An, jugando con ella y animándola, cosa que se logró ya que hasta había decidido corretear por la casa. Habíamos bajado a la planta inferior y encendido la tv, para poner una caricatura la cual tenía entretenida a An. Ya había caído la noche y me había propuesto a cocinar algo para sin permiso de Erixander.

Ya me encontraba con los macarrones con queso y lomo de cerdo servidos en la barra cuando Erixander bajó:

—Hice macarrones con queso y lomo de cerdo — dije feliz porque ya había despertado, hablando rápidamente. An daba palmadas desde su silla para bebé — Es una disculpa con comida. A mi mamá le funciona.

Tomó asiento frente a su hija y le dio un sonoro beso en la mejilla para luego girarse hacia mí:

—Te había dicho que...

—Pero yo sí quiero hablar, quiero disculparme por ignorarte durante el resto de la semana sin razón alguna. Actué como no debía, mi comportamiento estuvo bastante mal para una persona de mi edad. Sinceramente, lo siento, no sé qué fue lo que me pasó — las palabras salían a borbotones de mi boca mientras jugueteaba con los cubiertos que iba a poner al lado de cada plato. — Me pones nerviosa y cuando me besaste aquel día me asuste, no sé, mi cuerpo actuó por sí solo.

—Robin, ya calm...

—No, no sé. Creo que de verdad me gustas, pero no quiero asumirlo.

El silencio en que se había sumido la cocina solo era interrumpido por las palabras de alguna canción que Anyara estaba cantando de la caricatura que habíamos visto. En esa pequeña pausa pude darme cuenta de lo que había confesado y casi me caigo muerta.

—Eso ya lo sabía.

Sus palabras fueron acompañadas por una pequeña sonrisa, para luego tomar asiento y tomar un plato de macarrones y el pequeño de Anyara. Comenzó a comer, y de momento revolvía los macarrones de Anyara para enfriarlos y llevar un poco a su boca. Yo había quedado perpleja por lo que acababa de pasar.

—¿Cómo estas, melocotón?

—Bien, papi — dijo Anyara, bastante alegre.

—Lamento usar tu cocina sin tu permiso — me disculpé sentándome en el asiento de enfrente.

—No hay problema, esto está muy bueno — dijo, restándole importancia con un movimiento de hombro y señalando su plato a medio acabar.

—Bueno — repitió An.

Bajo el mismo Cielo⨇ (BEMC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora