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Dos días después de haber follado con Steve toda la noche, de verdad fue toda la maldita noche, Tony había tenido que enfrentarse a un especie de monstruo lagarto a las afueras de la ciudad, no lo tuvo que enfrentar solo, el chico araña había llegado a terminar el trabajo, pero era a Tony a quien Fury había llamado para reprender citándolo en la base de los Vengadores.

Tony dejó la armadura en la entrada principal a propósito, para fastidiar a quien sea que entrara, y fue hasta la sala de juntas.

Nick Fury, María Hill, Steve Rogers y Natasha Romanoff esperaban sentados en silencio, sentados alrededor de la mesa, listos para lanzar un veredicto donde de seguro lo declararían culpable.

—¿En serio Tony? Media hora tarde —comentó Natasha con un ligero rastro de diversión en su voz, muy ligero.

—Tengo una compañía multimillonaria que co-dirigir —se dejó caer sobre el asiento vacío.

—Todos sabemos aquí que Pepper hace todo el trabajo, tienes a la mejor novia del mundo —dijo María sonriendo, extrañamente con fastidio.

Tony alzo una ceja, miró a Natasha quien también parecía curiosa.

—Si. —Alargo la vocal —. Pepper y yo, pues, termínanos.

Tony notó como Steve apretaba la mandíbula sentado junto a Fury, cruzado de brazos, el Capitán doble personalidad parecía culpable e irritado, como lograba aquella combinación, Tony no lo quería averiguar.

—¿Le fuiste infiel? —preguntó Natasha reprobatoriamente mirando su cuello, se movió incomodo recordando el enorme chupetón en su garganta que el cuello de la camisa no había podido ocultar.

Los hombros de Steve se pusieron rigidos, un resorte listo para saltar, Tony sonrió divertido, lo que la peli roja malinterpreto.

—Tony —regañó —. Pepper es posiblemente lo mejor que te ha sucedido, y lo sabes, ¿como es que eres tan idiota? —Hasta cuando lo cuestionaba molesta tenía ese rastro sensual al hablar.

—Cálmate, terminamos hace meses, fue algo que acordamos, ella estaba interesada en alguien más... —Eso le causaba tanta curiosidad, pero Pepper le había hecho prometer que no investigaría, su curiosidad solo aumentaba.

Steve pareció relajarse, fue como si su cuerpo se derritiera en el asiento, y Tony no pudo evitar sonreír, porque Steve por un momento había pensado que Tony le había sido infiel a Pepper con él, absurdo.

Y cuando Steve lo miró, Tony sabía que lo había entendido y comprendía su diversión.

Por lo que su sonrisa se hizo más grande.

Tony lo observó entonces con más atención, se veía tan compuesto, tan limpio y correcto, le costaba asimilar que era el mismo que lo había follado en el piso de su taller, después en el piso de su habitación y al final en su cama, era como ver a una persona totalmente distinta.

Y el hecho solo lo hacía más interesante y divertido para Tony.

—¿Podemos dejar los chismes de vecindad para otra ocasión?, porque si mal no recuerdo estamos aquí para discutir el hecho de que su tan proclamado retiro solo duro ocho meses —declaró un molesto Fury.

—Si, las cosas se salieron un poco de control ayer, pero el hombre lagarto fue capturado.

—Tony, Iron Man no es necesario en el equipo —contestó Fury.

—Oh —dijo Tony tocándose el pecho —. Oh, haberlo dicho antes, supongo que mi dinero tampoco es necesario para el equipo.

—¿Sacaras eso a colación cada vez que te sientas atacado? —le preguntó Hill irritada.

El día en que Steve Rogers llegó a su limiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora