Capítulo 9

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La boca de Zayn cubrió la suya en un beso desesperado y ardiente. Sus labios eran agresivos, y los de Perrie correspondieron con la misma intensidad.

Casi sin darse cuenta se aferró al cuello de Zayn y tiró de él para poder estar más cerca aún.
Gimiendo Zayn se aferró con las manos a las caderas de Perrie y la alzó colocándola sobre su regazo a horcajadas. Cerró los brazos en torno a ella y la pegó a su torso.

Perrie clavó las rodillas en el sofá y se pegó a él, frotándose. Con las manos acarició los hombros de Zayn, haciendo un leve masaje, jugó con el cuello de la camisa, y poco a poco sus dedos nerviosos fueron desabrochando los botones de dicha camisa.

-Me vuelves loco –jadeó él, incorporándose y tomando su boca con salvajismo.

Ella gimió y arqueó su espalda, pero él no la dejó escapar.

-Ropa –dijo Perrie en un susurro, definiéndolo todo así.

Zayn se removió el sofá y se quitó la camisa, mientras Perrie le desabrochaba el cinturón del pantalón.

Zayn se puso de pie y le quitó a su vecina aquellos pantaloncitos que se había puesto después de la ducha, sus pantalones cayeron al suelo al estar desabrochados, y él sacudió los pies echándolos a un lado. Ella con prisas tiró de su calzoncillo y se lo quitó a la vez que se agachaba.

-Preservativo –pidió.
-Pantalón, bolsillo –parecía que ninguno de los dos era capaz de pensar con claridad, y mucho menos decir una frase completa y coherente.

Perrie buscó en los pantalones de Zayn y encontró aquel estuche cuadrado, cuando lo tuvo abierto y en la mano, miró hacia delante, y ella lo enfundó en el preservativo y se puso de pie.
Él no había reaccionado aún, cuando ella lo empujó haciendo que cayera al sofá, las braguitas de la chica desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos y se colocó a horcajadas sobre su miembro pisando el sofá con la rodilla.

Buscó la boca de Zayn y lo besó intensamente. Perrie buscó el miembro de Zayn, cuando lo alcanzó él se quedó quieto, y ella aprovechó para dirigirlo a su entrada.
Lo necesitaba.
Quería sentirlo.
A ser posible, una y otra vez, una y otra vez.

Una vez estuvieron en contacto, ella se aferró a los hombros de Zayn con ambas manos y se dejó caer sobre él, penetrándose profundamente.

Perrie gimió y dejó de besarlo concentrándose en aquellas sensaciones.

-¡Oh, dios mío, Zayn! –Gimió ella moviéndose.
-Eso es cariño, eso es –canturreó él- córrete para mi...
-¡Zayn! –gritó Perrie, mientras el orgasmo invadía su cuerpo.

Él movió a Perrie, una, dos veces, entrando en ella profundamente, el nombre de la chica se escapó de entre sus labios mientras el orgasmo arrasaba su cuerpo.

Como una muñeca sin vida, Perrie cayó sobre Zayn. Él besó el hombro de Perrie y la abrazó sintiéndola más.
Durante un tiempo permanecieron en silencio, abrazados, sus respiraciones que luchaban por volver a la normalidad era lo único que se escuchaba en aquel salón.

-Eres fabulosa –murmuró Zayn, haciéndola incorporarse para besarla.

Un sentimiento extraño invadió a Perrie. Aquello no estaba bien. No debía de haber sucedido. Ellos no deberían de haberse acostado.
Pero...

«Nada de peros» se recriminó. Se supone que ella iba a ir a defender a su amiga. Pero todo se había vuelto extraño, Zayn no era como pensaba, no era tan mujeriego, y ella se estaba cansando de luchar, y de hacer el tonto, él le había dado la vuelta a la tortilla y Perrie veía aquello como una pérdida de tiempo.

Nerviosa se levantó y se puso a vestirse.

-¿Qué te pasa, cielo?
-No me digas así... ahora no hay público.
-¿Y qué?
-Nada.
-¿Qué te pasa, Perrie?
-Nada.
-Venga ya. Dímelo.
-No me pasa nada. Esto no debería de haber pasado.

El estómago de Zayn se encogió.

-¿Y el baño?
-Al fondo a la derecha –susurró ella.

Zayn recogió su ropa y desapareció en el baño.
Cinco minutos después Perrie dio un salto del sofá al oír la puerta, estaba dispuesta a pedirle que se fuera, no, no se lo iba a pedir, lo iba a echar.

-Zayn será mejor que...
-¿Por qué tienes miedo?

Aquello era indignante.

-¿Miedo, de que hablas?
-Tienes miedo.
-Estás loco. Yo no tengo miedo.
-¿No, entonces porque te empeñas en negar que nos atraemos?
-No me da miedo nada, simplemente no me tendría que haber acostado contigo.
-¿Por qué no? No podrás decir que no conectamos. No lo puedes negar.
-No pretendo negar nada. Simplemente no debería de haber sucedido.
-¿Por lo de tu amiga?
-¡Si, por mi amiga! –él maldijo por lo bajo.
-Mira, no sé quien es tu amiga, pero como me la encuentre vamos a tener un par de palabras. Hace años que no mantengo una relación sería, y no creo que una con la que me he acostado una noche se haya enamorado de mí, así que esto no tiene sentido. ¿Por qué no llamas a tu amiga y quedamos?
-Será mejor que te vayas.
-¡Llámala!
-¡Vete!

Las manos ansiosas de Zayn, cogieron a Perrie de las muñecas y tiró de ella pegándola a él.

-No quiero dejarte –la respiración de Perrie se agitó un poco.
-Zayn suéltame.
-¿Por qué te empeñas en resistirte? No sirve de nada.
-Yo no me resisto. Quiero que te vayas.
-Ahora me voy. Pero volveré Perrie, te quiero en mi cama, y tú me quieres en la tuya. Y vamos a acabar en la cama. Los dos lo deseamos.

La boca de Zayn cubrió la de Perrie en un beso intenso y acelerado, cuando ella comenzó a rendirse, él se separó. Y con los ojos cerrados, Perrie escuchó la puerta cerrarse.

Jugando con fuego (Zerrie) [Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora