Epílogo

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-¿Dónde te habías metido? –preguntó Zayn abrazándola desde atrás y besándole el cuello.
-Uhm... solo me fui cinco minutos.
-Los más largos de mi vida.
-Me encanta lo exagerado que eres... -rió ella, dándose la vuelta entre sus brazos y rodeándole el cuello con los suyos- ¿Te he dicho que te quiero?
-Am... solo dos veces.
-Oh... pues ya van tres, te quiero.
-¿Y yo te he dicho que eres la novia más hermosa que he visto en mi vida?
-Vas a conseguir que me sonroje –dijo ella rozando sus labios con los de Zayn.
-Entonces tendré una hermosa vista, señora Malik.

Zayn capturó los labios Perrie en un beso tierno y suave, mientras se movía con ella al ritmo de la música, muy lentamente.

-Hey, Hey –interrumpió la conocida voz de su amiga Jade- ¡que barbaridad! –sé quejó al descubrir que su primo y su amiga continuaban besándose- pueden parar...
-Y tú puedes ir a molestar a otra parte –le contestó Zayn, mientras abrazaba más a Perrie, quien rió.
-Grosero.
-Aguafiestas.
-Pues si quieres me voy, pero no acompañaré a tu esposa a que se cambie de ropa y llegarán tarde al aeropuerto, ¡Se perderán la luna de miel! –se burló.

Refunfuñando Zayn deshizo el nudo de sus brazos y dejó que su preciosa esposa se fuera con su prima.

-Cuídamela –gruñó.
-Siempre –dijo Jade guiñándole un ojo.

Zayn vio a su esposa alejarse con su prima, y sintió su corazón se encogía, ¡Cuánto la amaba! Jamás había pensado amar así a nadie, y menos a un huracán, porque Perrie era un huracán, se llevaba todo lo que encontraba a su paso, como se había llevado su corazón.

Aún no se podía creer que ya hubiese pasado tres años desde que se habían conocido, tres años desde que la vio en el portal de su casa, tres años desde que lo besó pillándolo por sorpresa, tres años junto a ella, disfrutando de ella.

El tiempo había pasado volando. Y lo habían organizado todo tranquilamente, ya tenían casa, un hogar para ellos dos que pronto estrenarían.

Tenían una vida juntos, y un futuro por delante, a partir de ese momento, como marido y mujer.
Aún no se lo creía, había ansiado tanto ese momento... aún no se creía que ya estuvieran casados.

La risa conocida de Perrie llamó su atención y alzó la vista para encontrarse unos brillantes ojos azules, que lo miraban intensamente, una sonrisa se alojó en su rostro, y se acercó a ella, para abrazarla cuanto antes.
Perrie sonrió y se acurrucó en su pecho.

-¿Nos vamos? –preguntó ella.
-Oh si... -contestó él roncamente.
-¡Siempre igual!
-¿Acaso te vas a quejar?
-Oh, claro que no.

Zayn la abrazó con fuerza antes de besarla levemente en los labios y anunciar en un grito que se iban.
Vivan los novios, se escuchó que la gente brindaba, pero ellos estaban absortos el uno en el otro.
El amor rebosaba e inundaba sus sentidos.

-¿Me vas a contar ya donde vamos? –preguntó ella mientras se acurrucaba junto a él en la parte trasera del coche.
-¿Importa eso? No vas a ver más allá de las paredes de la habitación del hotel.

Perrie rió y le sacó la lengua, y él aprovechó para besarla.
Poco después llegaron al aeropuerto y embarcaron en el avión, rumbo a su destino, donde pasarían dos semanas disfrutando de su luna de miel.

Un suave cosquilleo en su vientre hizo que Perrie se estremeciera, poco a poco abrió los ojos y descubrió a Zayn observándola, mientras deslizaba los dedos por su vientre.

-¿Se notará pronto? –preguntó.

Perrie sonrió, apenas hacía una semana que se había enterado de la noticia; estaba embarazada.
Fue corriendo a contárselo a Zayn, quien la abrazó y le dio vueltas por el aire antes de pensar en el niño, cuando se acordó la puso asustado en el suelo y preguntó si era malo, ella había reído y luego lo había besado, desatando así una tormenta de pasión que ambos habían controlado juntos.

-Nos daremos cuenta cuando empiece a notarse –contestó ella.

Él se inclinó y depositó un tierno beso en su vientre aún liso, un beso que la hizo emocionarse, hasta el punto de que las lágrimas inundaron sus ojos.

-Espero que estés cómodo ahí dentro, pequeñín, porque tu mamá y yo vamos a estar atareados.

Perrie rió mientras sorbía por la nariz, podía ser tan tierno en un momento, y tan pasional en otros...

-Te amo –dijo ella.
-No más que yo a ti –susurró él, y deslizó su lengua a lo largo del vientre de Perrie, haciéndola temblar.

El calor de la pasión inundó los sentidos de la chica, quien buscó a Zayn para poder acceder a su boca, la cual besó con ansiedad, pero él suavizó el beso, hasta el punto de hacerlo tierno y calmado.

-Quiero que sea especial... -susurró.
-Siempre es especial –murmuró ella, intentando respirar.

La ropa no tardó en desaparecer, en poco tiempo quedaron completamente desnudos, piel contra piel. Las manos de Perrie acariciaron la espalda de Zayn, mientras él se acomodaba entre sus piernas. Perrie gimió al sentir el miembro de Zayn contra su sexo...

-Zayn... -lo incitó ella exasperada.

Él sujetó su miembro, y lo deslizó de arriba hacia abajo, repetidas veces antes de colocarlo contra su entrada. Él comenzó a moverse en su interior, controladamente, con calma mientras la miraba a los ojos, las manos ansiosas de Perrie acariciaban cada parte del cuerpo de su esposo, sus piernas rodearon la cintura de Zayn dándole un mejor acceso, y se movió con él.
Una oleada de espasmos sacudió el cuerpo de Perrie, adentrándose en ella profundamente unas cuantas de veces más, hizo que ambos se llamaran a gritos mientras un potente orgasmo recorría sus cuerpos sacudiéndolos.
Él cayó sobre ella, y rápidamente se retiró para no aplastarla, pero igual de rápido que había hecho el primer movimiento colocó a Perrie sobre él y la abrazó.

-Te amo... -susurró ella.
-¿A mí o a lo que acaba de pasar? –preguntó burlón.
-¿Puedo decir ambas?

Él rió.

-Puedes decir ambas. Pero esto... solo acaba de empezar. Mañana por la mañana me amarás más.
-¿Es eso posible?


Fin

Nueva historia corta publicada, vayan a leerlo.

Jugando con fuego (Zerrie) [Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora