Capítulo 2

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Perrie lo miró confundido, ¿no sería...? De pronto los labios de Zayn estaban contra los suyos, sus manos en su espalda apretándola contra él, y su lengua entrelazándose con la suya... tardó unos instantes en comprender la situación.

Puso las manos en el pecho de Zayn y lo apartó de un empujón...

-¿Qué haces? –preguntó pasándose la mano por la boca.
-Terminar lo que tú empezaste.
-Yo no empecé nada, simplemente saludé a mi nuevo vecino, y ahora si no te importa, me gustaría vestirme...
-Me importa.
-Me da igual, bye cariño.
-Eso no quedará así –le advirtió él.
-Claro que no, pero ya hablaremos, hasta mañana, cielo.

Perrie lo empujó hasta la puerta y luego la cerró, apoyándose contra ella y soltando un suspiro, se agachó y recogió el cepillo de dientes que había dejado caer inconscientemente. No había planeado que él respondiera así, pero acababa de comprobar que lo podía controlar, y el plan seguía adelante.

Zayn cerró con un portazo la puerta de su casa, haciendo que todo resonara, estaba furioso, y frustrado, se había quedado sin sexo, ahora no tenía a la pelirroja, esta no lo había llegado a excitar, pero la rubia... la rubia lo acababa de dejar tirado, pero eso no iba a quedar así, ella acabaría en su cama, ahora lo que necesitaba era una buena ducha de agua fría, muy fría, y luego dormir y relajarse.

***

Su segundo café en medio de la noche. Perrie no conseguía dormir, no conseguía quitarse la sensación de los labios de su vecino acariciando los suyos, sus manos acariciándole la espalda...

-¡Estoy totalmente loca! –gritó en medio del silencio.

Con un gruñido, se metió de nuevo en la ducha, necesitaba despejarse, y el baño era el mejor sitio, su paraíso... Mientras se bañaba planeó el día siguiente, tenía que tener a Zayn vigilado, sobre todo si no quería que las mujeres se le acercaran, eso significaba seguirlo a todas partes.

Eran las tantas cuando se durmió, pero el reloj marcaba las seis de la mañana cuando oyó la puerta de enfrente, de un salto se levantó del sofá y se asomó a la mirilla de la puerta.
¿Qué hacía tan temprano levantado Zayn un sábado?

Iba en chándal y estaba mirando el reloj, se disponía a ir a correr, eso le daba tiempo para ir duchándose y poder despejar la mente tranquila, no iría a ligar a las seis de la mañana principalmente por que la gente dormía.

***

No lo hacía todos los sábados, pero este le hacía falta, necesitaba correr y despejarse, ya que la cama no le había servido de nada, no había podido pegar ojo, cada vez que los cerraba se imaginaba a cierta vecina en sus brazos rodando por la cama entrelazados... era mejor alejar esos pensamientos, y si corría seguramente los podría alejar.

Dos horas más tardes Perrie estaba asomada en la ventana de su casa, mirando a la calle, pendiente de la vuelta de Zayn, cuando lo vio llegar, estaba increíblemente atractivo, las mejillas coloradas, el pelo revuelto...

-¡Ya Perrie!

Lo vio entrar a la cafetería de abajo y se apuró a coger el bolso y salir. Al entrar lo vio sentado con un periódico en las manos gesto que la sorprendió, y una taza de café delante, también vio que las chicas se le empezaban a acercar, y coqueteaban con él. Zayn bajó el periódico y comenzó a hablar con las chicas con una de sus sonrisas en los labios, Perrie se apresuró y se acercó a él, le rodeó la cintura con los brazos...

-Hola cielo –lo saludó- perdón que tardara en bajar, no sabía que volverías tan pronto de correr.

Zayn se encogió al sentir los brazos y oír la voz, era la de su vecina, la misma que la noche anterior lo había dejado con el calentón, las chicas que estaban a su alrededor desaparecieron, y tras ellas, la rubia se separó de él y se sentó en una silla ignorándolo.

Jugando con fuego (Zerrie) [Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora