Unhappy meal

٢

Pidió todo lo que ya tenía en mente, tenía porque en esos momentos lo único que le cruzaba era esa chica, la extraña mujer.

Lauren fijaba su vista en la clavícula marcada de ella, considerablemente visible por los tres botones desabrochados. Camila partía la pluma al ser presionada bajo sus delgadas manos ¡Maldita sea!.

Era una Diosa la que tenía delante, no sabía lo que era exactamente ese termino pero su compañera siempre lo usaba al ver a alguien atractivo pasar por el lugar.
 

Sonrió sinicamente al bajar la mirada al papel, lleno de tinta a causa de su presión. La clienta río al ver eso, la morena sintió desplomarse al escucharla, pero sabía que la voz dentro suyo era la causante de tal sentimiento ¿O era la de ojos verdes?

No podía serlo, ella no estaba dentro de su mente, no podía obligarle a cumplir sus órdenes, exceptuando el alargado pedido de comida reciente. Le entrego otro ticket escrito rápido, la voz hizo que tomará la mano blanca de la chica, al acariciarla rápidamente con vergüenza alejo su mano de la contraria.

Al mirar sus ojos de manera directa, recordó algo terrible. 

Una queja detrás de la clienta hizo que la palida chica caminará al otro lado de la barra, esperando su comida pacientemente, intentando no desviar su mirada hacia la joven señorita.

¿Cómo sabía su nombre?

Una plaquita de lado colgaba en su camiseta mal abotonada, era poco notable por su trenza que cubría parte del broche.
Llevó su comida a la mesa, comía como si no lo hubiera hecho en semanas, lo que Camila ha pasado durante días.

Ella parecía no preocuparse por eso, ya que seguía sin comer a pesar de los dolores de cabeza y estómago que le causaban constantemente.
A veces comía de las sobras de algún plato en no tan mal estado que dejaban los clientes, sin nadie quién la viera, no quería pasar otra vergüenza y regaño por parte de su encargado.

Podría comerse a Lauren. Sus piernas y brazos anchos, su estomago abultado. Pero eso sería canibalismo, ¿cierto?
Ella no sabía lo que era el sentido figurado, pero su voz sí.