Se levanto del suelo, mirando la rata aplastada en este a lo que sus labios se fruncieron de a poco, lágrimas resbalaron por sus mejillas por encima de cortes recientes.
¡Le había dolido más aquello que sus propios golpes! Sonrió con tristeza resignada a estar sola, de nuevo.
Esa vez Camila no salió de casa, no por el dolor en sus costillas, ni por la cadena que estaba impuesta en su puerta, tampoco por sus visibles marcas que le había dejado el puñetazo que le dieron el su dañado rostro.
Y si su voz le llegaba a recordar, quizás Lauren fue su razón.Es que soñaba tanto con esa chica, jurando que el futuro le daría parte de los acaramelados pensamientos que ella misma creaba día a día, algo en ella intentaba gritarle la realidad, una en la que ella sigue como siempre. Estando apartada y no solo de su nueva protagonista, si no de todos, como debía.
¡Burlas y parloteos! De qué, o sobre quién.
Su cabellera oscura se movía con lentitud al asentir, las palabras de la acompañante con piel morena le hacía más dificil concentrarse, posiblemente por la aburrida conversación que entablaron.
¿Cuándo la mujer se detendrá? Porque juraba que los noticieros de las mañanas son mejores, el único tema era tan irrelevante que su mente divagaba en otros.
Su compañera le veía lo más divertido a algo como los debates políticos, la ojiverde estaba tan cansada de eso que podría decirse estaba apuntó de quedarse dormida. Hasta las pequeñas pláticas que Camila con poco éxito lograba hacer con ella lograban mantenerla al tanto, la castaña se esforzaba demasiado. Como aquella vez en la que ella hablando de los tipos y forma de una papa, le parecía bastante absurdo, sin embargo se quedó escuchando todo lo que decía.
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Unhappy meal
ChickLitLauren fue más que un trastorno alimenticio para la enfermedad de Camila.