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                         • rutina

Un mes con dos semanas.

Las esperanzas de volverlo a ver decaían.

Las manecillas del reloj avanzaban, y se hacía tarde para Alonso, quien iba directo a su trabajo.

El ciclo se repetía.
La cadena volvía a lo mismo.
Era como estar atrapado en el mismo día. De nuevo.
Él ya estaba harto, ¿y quien no? Sí todos los días era lo mismo, y justo cuando las cosas habían cambiado un poco, todo se echó para atrás.

Otra vez; la misma música, la misma gente, la misma avenida, la misma ruta, ¡La misma estúpida rutina!.
Hacía falta un respiro.
Le hacía falta un café.
Le hacía falta el café de sus ojos.

¿por qué juegas, Canela? - j.v.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora